EL FOCO
200 cafés, 5 tortillas diarias y 42 años de historia de Los Maños, uno de los bares más madrugadores de Ávila
Miguel Jiménez y Belén Martín levantan de lunes a sábado la persiana de Los Maños, en la Calle Burgohondo, a las 6 de la mañana. Las patatas al ajillo, los boquerones en vinagre o los bocatines de tortilla son algunas de las especialidades con las que llevan fidelizando clientela desde el año 1983
Ávila - Publicado el
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A estas horas seguro que lo que más te apetece es quizá un café con leche con una pulguita de jamón, o un zumito con tostadas, o (no sé qué hora será para ti) un refresco con un pincho. El caso es que el hambre aprieta y como en esta emisora no nos privamos de nada, hoy en El Foco de COPE Ávila te llevamos a tomar algo con Miguel Jiménez y Belén Martín a Los Maños, uno de los bares más madrugadores y con más historia de Ávila.
La persiana de Los Maños, en plena calle Burgohondo, la levanta Miguel de lunes a sábado a las 6 y 15 de la mañana. Desde ese momento salen entorno a 200 o 250 cafés diarios de este establecimiento acompañados de bocatines, bollería horneada en el día, churros o cualquier otro pincho caliente. Al día, cuenta Belén, llega a preparar unas 5 tortillas de patata. El golpe fuerte, cuentan los propietarios es el desayuno ya que es el lugar de encuentro de trabajadores, los vecinos de la zona y los más madrugadores de la ciudad. El objetivo: que empieces el día con buen pie y lleves el estómago bien lleno.
Pero... ¿dónde está el inicio de esta historia? En 1983, Miguel y su hermano Chuchi arrancaron la actividad del bar aunque años después fuese Miguel quien se quedase a los mandos del mismo con su esposa Belén. Ambos son abulenses, Miguel es de Blacha y Belén de Muñana, pero si te estás preguntando el porqué del nombre Los Maños, Miguel nos aclara que antes de ellos, el bar era de una persona de Zaragoza y aunque pensaron en cambiarlo, decidieron dejar el nombre como estaba.
Miguel lleva desde los 15 años dedicándose a la hostelería, antes de la apertura de este bar lo hizo en Madrid. Belén, su esposa, quien lleva 20 años trabajando aquí, es la encargada de hacer los pinchos, raciones y comida que se sirve en el establecimiento. Nos recomienda las patatas al ajillo, especialidad de la casa junto con los boquerones en vinagre que realizan ellos mismos o también los bocatines de tortilla de jamón de york, aunque asegura que todo está "buenísimo".
Ambos coinciden que ha sido una vida llena de sacrificios y que han recibido alegrías a la par que momentos regulares. "Al final es como todo: adaptarse" cuenta Belén, que relata cómo sus hijos, quienes ahora echan una mano a sus padres en el bar cuando hace falta, han hecho hasta los deberes allí. Ambos nos esperan con los brazos abiertos para probar las ricas comidas con sabor a casa, los desayunos que cargan las pilas para un día duro o cómo no, para una charla con buenos amigos.