La Archidiócesis de Burgos mantiene su esfuerzo por capitanear la transparencia de sus cuentas
Este domingo se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, una jornada para apoyar el trabajo que se realiza en las más de 1.000 parroquias de la provincia
Burgos - Publicado el - Actualizado
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En un nuevo ejercicio de transparencia, la archidiócesis de Burgos ha presentado a la opinión pública el balance de su labor durante el pasado año. En concreto, en este Día de la Iglesia Diocesana, la Iglesia en Burgos quiere contar en qué ha trabajado durante este 2022 y con qué recursos ha contado para llevar a cabo esa tarea.
Bajo el lema «Orgullosos de nuestra fe», la archidiócesis ha mostrado su balance económico y las acciones pastorales y asistenciales llevadas a cabo en el ejercicio del último año. También ha dado las gracias a las numerosas personas, voluntarias en su gran mayoría, que prestan su tiempo, sus cualidades, su oración y su colaboración económica para que la Iglesia pueda realizar su labor.
Balance de la actividad celebrativa, pastoral, educativa y asistencial
Durante la rueda de prensa, Carlos Izquierdo, vicario general de la archidiócesis, ha explicado que se acaba de acometer una importante reforma de la Curia Diocesana con el objetivo de «asegurar que las 1.004 parroquias que tiene la archidiócesis estén plenamente atendidas por los sacerdotes». Todo ello a través de las unidades de atención pastoral que ha puesto en marcha la archidiócesis.
La archidiócesis también ha hecho una importante apuesta por el patrimonio que atesora y su conservación. En ese sentido, el vicario general ha asegurado que cuenta con cerca de 2.000 templos o espacios, de los cuales se han arreglado más de 1.000 tejados. Además, ha anunciado la próxima creación de una fundación, Ars Burgensis, para trabajar en la conservación y la promoción de ese patrimonio.
También se ha abordado el refuerzo en el campo de la comunicación, con un esfuerzo por continuar en la senda de la transparencia y con la intención de dar más voz a los arciprestazgos. Todo ello a través de una renovada página web que también será presentada próximamente.
Y otro pilar de esta renovación en la archidiócesis es la apuesta por centralizar la gestión de los colegios diocesanos a través de la Fundación Educativa Manjón y Palencia, que acoge a los cinco colegios que dependen de la archidiócesis y al Colegio Círculo Católico. Todo con la intención, ha señalado Izquierdo, de hacer una apuesta «completa y diversificada» para ofrecer una educación concertada «amplia».
Ya en el terreno de los datos, durante 2022, la Iglesia en Burgos ha celebrado 1.136 bautizos, 934 confirmaciones, 1.537 primeras comuniones y 314 matrimonios.
Además, cuenta para ello con 349 sacerdotes diocesanos, 2 diáconos permanentes, 18 seminaristas, 720 catequistas y 993 religiosas y religiosos. Todos repartidos en las 1.004 parroquias que tiene la archidiócesis.
También cuenta con 356 monjas y monjes de clausura en 28 monasterios, y tiene 511 misioneros y 5 familias en misión difundiendo el Evangelio a través de su testimonio en los territorios de misión.
En el plano educativo, en la archidiócesis hay 27 centros concertados católicos, con 18.127 alumnos matriculados y 1.246 docentes, además de los 168 trabajadores no docentes.
En cuanto a la actividad cultural, la archidiócesis dispone de 97 bienes inmuebles de interés cultural, 87 proyectos de construcción y rehabilitación y 18 celebraciones y fiestas religiosas de interés turístico regional y nacional.
La actividad caritativa y asistencial también tiene una fuerte presencia en la archidiócesis de Burgos. Cuenta con 59 centros para mitigar la pobreza, que atendieron a 10.867 personas; 9 casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad, que atendieron a 992 personas; 1 centro de asistencia para migrantes y refugiados, que atendió a 2.488 personas; 1 centro para rehabilitación de drogodependientes, que atendió a 107 personas; 6 centros de menores y jóvenes, que atendieron a 1.095 personas; y 2 centros para la promoción de la mujer y para víctimas de violencia, que atendieron a 1.279 personas. Todo ello no sería posible sin los 681 voluntarios de Cáritas Diocesana de Burgos o los 39 de Manos Unidas.
Balance económico
La ecónoma diocesana, Mariola Rilova, ha explicado los principales datos económicos de la archidiócesis «para que todos sepan el destino de los fondos que recibimos». En ese sentido, Rilova ha señalado que la archidiócesis de Burgos es una de las diócesis españolas que encabeza el ránking de transparencia y apuesta por seguir en esa línea, en la que «todos conozcan la trazabilidad del dinero que nos dan».
La ecónoma ha hecho un repaso del balance económico de 2022. La partida de gastos ascendió a 42.520.878,56 euros (más de 42 millones y medio de euros). Su mayor partida (42,68 %) ha sido destinada a pagar los sueldos del personal seglar, la mayoría de ellos trabajadores en los cinco colegios diocesanos.
De hecho, Rilova ha afirmado que la constitución de la Fundación Manjón y Palencia, en la que están integrados esos cinco colegios, forma parte de un ejercicio de transparencia para separar en las cuentas los gastos ordinarios de la actividad de la archidiócesis de los de los colegios.
Otra partida importante de los gastos (el 31,09 %) ha sido la destinada a sufragar costes en la conservación de edificios y funcionamiento de los mismos. La archidiócesis invirtió 13.218.971,91 euros en rehabilitación de edificios, mobiliario, maquinaria y consumibles.
El pago de las retribuciones del clero y su Seguridad Social, así como otras prestaciones sociales supuso el 10,64 % del gasto total de la economía diocesana, sumando los 4.525.465,27 euros.
En acciones pastorales y asistenciales la diócesis invirtió el año pasado 4.935.720,75 euros (el 11,61 % del gasto) de forma directa, pues la atención en Cáritas o las actividades pastorales más comunes se realizan directamente en las parroquias y formando parte de la actividad ordinaria. Es una partida que, prácticamente, se duplicó respecto al año pasado, lo que demuestra que la actividad pastoral ya ha recuperado plenamente los niveles prepandemia.
Las últimas inversiones de la archidiócesis son las que tienen que ver con la construcción de templos, programas de rehabilitación y gastos extraordinarios. En ello, invirtió 1.064.838,87 euros (el 2,50%), mientras que gastó 629.774,25 euros (1,48 %) en aportaciones a centros de formación, como el Seminario, los colegios diocesanos y el Colegio Español en Roma.
En el capítulo de ingresos, estos ascendieron a 42.505.688,33 euros. Sin obviar los ingresos denominados “corrientes”, procedentes de los conciertos de formación e ingresos por servicios como capellanías o entradas a museos (66,24% de los ingresos), que suponen 28.156.323,83 euros, la segunda fuente de financiación de la archidiócesis depende directamente de las aportaciones voluntarias de los fieles, el 15,73 %. El año pasado, entre colectas, suscripciones, herencias y legados, las arcas de la archidiócesis recibieron un total de 6.686.892,32 euros.
El 13,32 % de los ingresos (5.659.978,30 euros) procede a su vez de lo recibido a través de la Asignación Tributaria y proveniente del Fondo Común Interdiocesano, el organismo de la Conferencia Episcopal que distribuye el dinero recibido a través del IRPF de la casilla a favor de la Iglesia en su declaración en función de las necesidades de las diócesis españolas.
El 4,58 % de los ingresos (1.945.945,56 euros) procede de los alquileres de inmuebles y financieros, mientras el que 0,13 % restante (56.548,32 euros) procede de ingresos extraordinarios (enajenaciones de patrimonio e indemnizaciones y plusvalías).
El ejercicio ha concluido con un ligero déficit de algo más de 15.000 euros, al que Rilova ha restado importancia, porque «no es una cifra preocupante, porque estamos hablando de un presupuesto de más de 42 millones de euros».
La ecónoma ha agradecido la colaboración de tantos benefactores sin los que sería imposible realizar toda esta labor, y ha recordado que la donación no es la única forma de colaborar con la Iglesia: «Hay cuatro pilares que cada uno de nosotros puede ofrecer para sostener la Iglesia diocesana: la oración, el tiempo, las cualidades y la contribución económica», ha explicado Rilova.
El ejemplo de la labor diocesana en la educación: la Fundación Educativa Manjón y Palencia
Después ha tomado la palabra Bruno Castillo, el director del Colegio Visitación de Nuestra Señora ‘Saldaña’, quien ha explicado en qué consiste el trabajo de la Fundación Manjón y Palencia que acoge a su colegio y a otros cuatro, propiedad también de la archidiócesis.
Castillo ha asegurado que la Fundación permite «fortalecer diversos ámbitos de trabajo en los centros». Por ejemplo, ha hablado de la formación de redes de colaboración en ámbitos como la orientación de los alumnos o de «compartir buenas prácticas».
El director del Colegio ‘Saldaña’ también ha abordado la constitución de equipos directivos, que una vez al mes se reúnen para trabajar «guiando las pautas de formación». También se comparten asuntos del ámbito de la pastoral, en los que también participa el Colegio Círculo Católico.
En definitiva, como ha explicado también Mariola Rilova, la ecónoma diocesana, la labor que realiza la Iglesia en Burgos en el ámbito de la educación también tiene mucho que ver con su presencia allí donde no llegan otras instituciones, y señalaba el caso de muchos alumnos de los centros concertados que provienen de familias y entornos vulnerables y que «no tendrían cabida en ningún otro centro concertado de Burgos».