La burgalesa Marta Fernández Infante recibe la Medalla de Oro de las Cortes: "Un modo de vida"

La nadadora burgalesa Marta Fernández Infante ha sido una de los quince medallistas paralímpicos y trece olímpicos nacidos en Castilla y León que han recibido hoy la Medalla de Oro -un diploma- del parlamento regional con motivo del 41 aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.

El Oro olímpico en Barcelona 1992 en 1.500 lisos, el soriano Fermín Cacho, ha sido el encargado de agradecer, en nombre de todos los olímpicos y paralímpicos de la Comunidad, esta distinción de las Cortes de Castilla y León, la máxima que otorga la Comunidad a personajes o instituciones distinguidas nacidas en su territorio. Marta Fernández, que logró tres medallas en los Juegos Paralímpicos de Tokio, ha sido la encargada de hablar en nombre de sus compañeros y de reclamar a las autoridades que sigan apostando por el deporte.

La burgalesa de 29 años se ha acordado de su familia, a la que considera "clave" en su carrera. "Gracias a mis padres y al resto de mi familia soy la persona que soy. Ellos me impulsan y me apoyan en cada paso. También nuestros entrenadores, fisioterapeutas y médicos. Más de la mitad de nuestras medallas son suyas, porque nos acompañan en el camino, especialmente en los momentos menos fáciles y bonitos", ha recordado la medallista paralímpica.

Un modo de vida

Además, ha explicado que muchos de los deportistas adaptados comenzaron en el deporte por recomendación médica, para mejorar su calidad de vida y, con paso del tiempo, acabó convirtiéndose "en un modo de vida".

"En mi caso, cada vez que nado siento el verdadero significado de la libertad, dentro del agua apenas noto el avance de mi enfermedad y muchos de los obstáculos que tengo en el día a día desaparecen", ha puesto de manifiesto Marta Fernández, que destaca "el sentimiento de superarse día a día" que tienen todos sus compañeros.

Además, Fernández Infante se acordó de sus predecesores, que fueron “derribando cada obstáculo y barrera, ganando más y más derechos”. Ellos provocaron que su generación tenga “muchos medios y recursos”, como grandes instalaciones, becas ADOP y el reconocimiento como deportistas de alto rendimiento.