Más de 20 años de Ainkarem: Un refugio para la maternidad en Burgos

Este proyecto de Cáritas ofrece apoyo integral a madres solas y en riesgo de exclusión social para que puedan tener una vida digna tanto ellas como sus hijos

Raúl González

Burgos - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Hace más de dos décadas, un grupo de personas en Burgos se reunió para reflexionar sobre cómo ayudar a mujeres embarazadas que enfrentaban grandes dificultades socioeconómicas, muchas de ellas sin pareja y con hijos. De esas conversaciones nació Ainkarem, un proyecto de Cáritas Burgos creado en 2003, que comenzó como una casa de acogida y en 2018 se transformó en una red de pisos tutelados para mujeres gestantes en situaciones de vulnerabilidad.

Sandra Rodrigo, trabajadora social y coordinadora del programa, ha explicado en una entrevista con COPE Burgos cómo Ainkarem ofrece una alternativa y acompañamiento a estas mujeres, dándoles la oportunidad de seguir adelante con su embarazo y recibir el apoyo necesario para cuidar de sus pequeños. "Es un proceso muy intenso y muy bonito", destaca. Ainkarem trabaja tanto con mujeres que tienen su propia vivienda, proporcionándoles apoyo puntual para cubrir sus necesidades básicas, como con aquellas que no cuentan con un hogar, a quienes se les ofrece un acompañamiento diario en los pisos tutelados.

El objetivo del programa es claro: ayudar a las mujeres a recuperar su autonomía y garantizarles un futuro digno para ellas y sus hijos. Además del apoyo emocional y práctico, Ainkarem organiza talleres para que las madres adquieran habilidades que les ayuden en su proceso de recuperación tras el embarazo y en el cuidado de sus hijos pequeños, que tienen entre 0 y 3 años. La labor también incluye acompañarlas a citas médicas y gestiones administrativas, para que conozcan los recursos de la ciudad y puedan ser más independientes.

pisos tutelados con lista de espera

En la actualidad, Ainkarem cuenta con tres pisos tutelados donde residen unas 5 mujeres al año, aunque la lista de espera es larga debido a la alta demanda. Además, el proyecto cuenta con el apoyo de un equipo profesional, integrado por Sandra y su compañera educadora Icíar, así como 18 voluntarias que desempeñan un papel fundamental en el acompañamiento diario.

Pese al avance en oportunidades de empleo, Sandra Rodrigo señala que el acceso a la vivienda sigue siendo un desafío, especialmente para las mujeres con hijos. "Es muy difícil conseguir un alquiler para mujeres solas con niños", afirma. La falta de conciliación entre la vida laboral y familiar también impide a muchas madres acceder a trabajos a tiempo completo o mantenerlos en el tiempo.

Ainkarem sigue firme en su compromiso de ayudar a las mujeres a superar estas dificultades, ofreciendo un espacio de apoyo y acompañamiento que les permita sacar adelante su proyecto de vida junto a sus hijos.