Los orígenes de la ciudad de Palencia salen a la luz bajo los muros de la catedral
Las obras correspondientes al 1,5 % Cultural, revelan una cripta coetánea a la de "San Antolín" y de gran valor arqueológico
Palencia - Publicado el - Actualizado
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La restauración de varias estancias en la catedral de Palencia, de manera coetánea con la celebración del Séptimo Centenario mediante el proyecto del 1'5% cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda urbana (antes conocido como Ministerio de Fomento) ha sacado a la luz un descubrimiento impresionante en la capital palentina, como puede observarse en el video de la parte superior con los comentarios de los responsables del hallazgo.
Concretamente en la Capilla de San Isidro, (aneja a la de la Virgen Blanca y protagonista en renacer), se pretendía realizar una obras de mejora para restaurar elementos deteriorados por la humedad por el paso de los años. Y una errónea elección de materiales en la cubierta. (cabe recordar que la Capilla en cuestión es el único punto del tempo donde se conservan, por ejemplo, partes completas de las vidrieras del Siglo XVI).
También se planteaba retirar el suelo entarimado de madera para recuperar un histórico solado en piedra de cuya existencia si se tenía conocimiento previo.
Una de las características de ese suelo situado a pocos centímetros de la madera existente, era un pequeño hundimiento en algunas zonas. Para comprobar cuál era la razón de esa pérdida de altura, se decidió retirar todo el soldado de piedra y realizar unas pequeñas prospecciones arqueológicas.
Cabe destacar que este tipo de investigaciones no es algo que obligatorio, aunque sí común en la catedral palentina durante las últimas restauraciones y mejoras. Al fin y al cabo es conocido que el origen de Palencia, “Pallantia" con sus asentamientos primitivos, rodea a unos 3 metros de profundidad los entornos de la actual Seo.
Conocer lo que hay debajo de los elementos, ayuda a conocer el pasado y en ocasiones, por ejemplo, descubrir rastros únicos y desconocidos como la impresionante azulejería policromada, tapados desde el siglo XVIII en el retablo mayor, convirtiéndose en uno de los grandes reclamos de la última muestra expositiva en el templo.
La suerte, que también influye en este tipo de asuntos quiso que la primera de estas cartas sacase a la luz un muro de sillería de piedra justo bajo los actuales muros de la catedral en la citada Capilla. Continuada la prospección más a fondo, (hasta alcanzar el nivel freático a unos 5 metros finalmente) ha revelado la verdadera magnitud de un muro curvo de grandes dimensiones que flanquea un gran arco de piedra que ha resultado ser la entrada a una cripta de unos 5 metros de longitud que deriva muy probablemente (por la dirección que toma) en los pilares de otra cripta de similares características en el Hospital de San Bernabé, saliendo de los propios límites de la actual catedral.
Resulta prematuro, según los expertos, fechar aún los restos encontrados, aunque por profundidad y tipología constructiva con enormes piedras de sillería incluso en el arco, parece indicar una época similar a la de la cripta de San Antolín o la mencionada obra subterránea de San Bernabé.
El descubrimiento ha sido presentado y después de meses de mutismo justificado por la discreción de lo que allí se había encontrado. Por el lugar han pasado desde el ministro de cultura en funciones, Miquel Iceta, el director de Patrimonio Cultural y Bellas Artes o el Delegado de Cultura de la Junta de Castilla y León para conocer "in situ" el hallazgo.
El lugar también había sido utilizado como enterramiento, de hecho, parte del suelo que se pretende recuperar está conformado por dos grandes lápidas de importantes dimensiones que superan las dos toneladas de peso. Debajo de ellas y a la altura del arco se ha encontrado también un gran osario con cientos de restos humanos. Este uso ha provocado, según el arqueólogo Arturo Balado, una mezcla de las capas de tierra que hacen más complicado concretar la fecha de construcción del muro.
Contemplar ese pasado en la mañana de hoy evoca a tiempos pasados y al origen de la ciudad, dentro de la propia catedral, aunque conocer qué ocurrirá con el descubrimiento es a día de hoy una verdadera incógnita en la influyen varios factores.
Por un lado, la recepción de las obras asociadas al la subvención actual medio debe cumplirse a principios del próximo año, lo que hace que deban concluirse primero.
En segundo lugar, el descubrimiento ocupa buena parte de la propia capilla y sale hacia la calle Hospital, excediendo los límites de la propia catedral. Por situar al lector, es un punto cercano al lugar donde muchos curiosos se paran a observar la conocida como “Gárgola del Fotógrafo”.
Para que pudiera mantenerse descubierto, se necesitarían muchos más fondos económicos de los que hasta ahora se han aportado, en el caso de que las administraciones públicas competentes (Junta y Gobierno Central )considerasen importante y de interés. Además, mantener el descubrimiento abierto supondría tener la obra un periodo de tiempo mucho más largo en el interior del templo.
La idea de colocar una gran cristalera, que deje ver lo encontrado, resulta también muy complicado por los conocidos problemas de humedad que se pretendían solucionar en la capilla de San Isidro y que podrían incrementar con una construcción a pocos centímetros de la capa de nivel del agua en el subsuelo.
Por lo pronto estudian el calendario antes del próximo año para fechar, anotar y documentar todo lo que han encontrado, mientras permanecen a la espera de conocer si las administraciones dan algún tipo de paso y apuestan por esa conservación abierta de algún modo al público.
Los responsables del hallazgo desconocen ahora mismo si finalmente tendrán que sellarlo todo una vez documentado, volviendo a enterrar la historia o si se mantiene abierto y en qué plazos.