¿Sabes por qué a San Juan de Sahagún, patrón de Salamanca, se le llama el pacificador de los bandos?

En el siglo XV, el santo restauró la paz en Salamanca. Hoy el obispo de Salamanca llama a los políticos a regenerar la política utilizando el diálogo social.

Silvia Merchán

Salamanca - Publicado el - Actualizado

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Salamanca celebra hoy a su patrón San Juan de Sahagún al que se le atribuyen importantes milagros. Así es el santo que salvó al niño de morir ahogado en un pozo de agua amarilla, que detuvo a un toro con sus manos escapado del recinto ferialy que pacificó una ciudad partida en dos. Así hoy tenemos el Pozo Amarillo, la calle Tentenecio y la Plaza de los Bandos. Cuenta con un medallón en la Plaza Mayor, tiene una iglesia con su nombre y una estatua, un relieve en la calle Traviesa y un lugar destacado en la Catedral Nueva donde reposan sus restos mortales dentro de una urna de plata.

El pacificador de los bandos

El agustino San Juan de Sahagún era un gran predicador en pleno siglo XV. Nació en la localidad de Sahagún y llegó a estudiar a Salamanca. Después regresó ya como sacerdote y comenzó a destacar por sus dotes de predicador. El tema principal de sus predicacione en ese momento trataba sobre conseguir la paz en Salamanca porque en aquel tiempo era una ciudad violenta, con varios bandos. Finalmente consiguió restaurar la paz. Una paz que se firmó en una casa en 1476, en la calle San Pablo, y que todavía conserva un letrero en latín que dice "La ira engendra odio y que la concordia engendra amor". Este fue uno de los motivos principales por el que sería declarado patrono de Salamanca.

El obispo de Salamanca llama a los políticos a regenerar la política

En la Catedral de Salamanca, donde descansan los restos mortales del agustino en una urna de plata, el obispo de Salamanca monseñor José Luis Retana ha recordado hoy el milagro de los Bandos que ha sido la base de la homilía de la misa en honor al patrón de la ciudad y de la Diócesis de Salamanca. San Juan de Sahagún pacificó la ciudad en el siglo XV a base de mantener diálogo con las partes implicadas. No desfalleció hasta que logró su objetivo.

Utilizando ese pasaje de la vida del patrón de Salamanca, el obispo de la Diócesis de Salamanca se ha referido a la necesidad de una regeneración ética de la vida política y de los gobernantes para trabajar realmente por la paz y para que todos los ciudadanos tenga cabida. Se necesitan, ha señalado, decisiones pacíficas y acciones valientes. Ha aludido también al Papa Francisco que habla de pacto social y amor político para regenerar la política y a una sociedad rota y dividida. Una nación divida, ha explicado Retana, no afronta gesta alguna. "Se necesitan modelos políticos e instituciones que promuevan el diálogo. No es una señal de debilidad, que pueda parecer a algunos que utilizan la confrontación como instrumento de relevancia política y social. Es una actitud personal y un talante de cercanía, significa un modo de estar en la vída pública y personal."

También ha habido mensaje para los cristianos. Monseñor José Luis Retana ha expresado que no debemos, ha señalado, despreocuparnos del bien común. Tenemos un compromiso ciudadano que pasa por vivir la caridad política. A vivir el mandamiento nuevo del Señor, el de amarnos unos a los otros como El nos ha amado. De esa forma se posibilita la amistad social para que el tejido básico de la sociedad esté entrelazado.

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