El grito de un ganadero de Salamanca tras el ataque del lobo: "No sabemos si se ríen de nosotros"
Él y los ganaderos de Encina, Villaseco de los Gamitos y de Santa María de Sando llevan tres meses sufriendo el ataque del cánido. Han perdido un centenar de ovejas.
Salamanca - Publicado el - Actualizado
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Esta semana el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea dictaminaba que la ley de Castilla y León que permite cazar al lobo ibérico viola el derecho europeo. Algo que supone un verdadero jarro de agua fría porque lo que viene a decir es que no puede ser declarada como cazable en una región de un país cuando su estado de conservación a nivel nacional es desfavorable. De vergonzosa ha calificado el presidente de Asaja Salamanca Juan Luis Delgado la sentencia. "El lobo no está en peligro de extinción". Los datos son claros y parece que Europa no quiere verlos: cada año se increme¡enta en un 20% el número de ataques de este cánido.
Precisamente sobre este tema se ha pronunciado el consejero de Medio Ambiente Juan Carlos Suárez Quiñones que ha manifestado que las comunidades loberas españolas, entre ellas Castilla y León, está realizando un censo actualizado del número de lobos que enviarán al Gobierno y éste a Europa. La idea es actualizar los datos porque la sentencia europea se ha basado en datos que tenían de hacía ocho años.
José Antonio Sánchez Casas: ganadero afectado
Penosa situación la que están viviendo desde hace tres meses los ganaderos de la zona de Santa María de Sando, Villaseco de los Gamitos y Encina de San Silvestre. Entre todas las explotaciones atacadas por el mismo cánido que campa a sus anchas llevan ya más de un centenar de ovejas perdidas.
Por COPE Salamanca ha pasado uno de los ganaderos afectados en Encina de San Silvestre José Antonio Sanchez Casas.
Se siente impotente, nos cuenta. "No es que sea mi explotación la atacada sino la de todos los ganaderos de la zona. Todos llevamos meses sufriendo los ataques del lobo. Todos ellos cuentan con ganadería en extensivo, poseen fincas de concentración parcelaria; así que son pequeñas y de todos los tamaños de 10, 30,50 o 60 hectáreas. Reparten el ganado entre las fincas para que tenga espacio y porque además así se aprovecha el terreno.
La vigilancia es difícil frente al lobo. Hay ganaderos como José Antonio que tienen sus parcelas distruidas en dos municipios. Él concretamente tiene entre 8 y 10 parcelas y le resulta difícil controlar su ganado. Hay compañero, nos dice, que tienen las parcelas en un mismo municipio pero pueden tener entre 15 y 20 pardelas y la complicación es la misma.
Creen que es el mismo lobo porque lo han visto en, al menos, tres ocasiones.
Las ayudas no llegan
Los ganaderos afectados han hablado con los representantes de la Junta de Castilla y León y la Subdelegación del Gobierno y nadie sabe darles soluciones. De momento, al lobo no se le puede dar caza y las compensaciones no llegan. Las pérdidas económicas son cuantiosas y ahogan las economías familaires. José Antonio manifiesta que "no sabemos si se ríen de nosotros, si no nos quieren hacer caso o quieren que desaparezcamos".
"Si la situación sigue así, habrá que abandonar"
José Antonio lleva toda la vida dedicado a este oficio y tiene que claro que si esto sigue así tendrá que abandonar. Su hijo de 22 años que cuenta con el curso de Jóvenes Agricultores ya le ha comunicado que no quiere instalarse por su cuenta, no ve futuro; prefiere ahora mismo sacarse el carné de camionero. Su mujer, que trabajaba en una panadería, ha tenido que dejar su trabajo para echar una mano en la explotación.
No es una zona de lobos, reconoce. Solo se ha dado el caso de en los últimos 30 años algún lobo que ha permanecido durante una semana en la zona y después ha desaparecido pero este, nos explica, "ha venido para quedarse". Con resignación José Antonio termina la entrevista con "esto es lo que hay".