Termitas, cucarachas y polillas, vuelven a casa cada verano

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Cope Salamanca entrevista a Javier Fraile, gerente de ABIOMED

Verónica Martín

Salamanca - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El cambio climático que afecta ya a la provincia de Salamanca hace prever para 2030, un aumento medio de la temperatura global de un grado completo. Es decir, pasará de 32,23 a 33,35 grados centígrados. La previsión que realiza el Observatorio Europeo del Clima y la Salud, el UTCI, indica que en 2090 serán siete grados más.

Plagas de roedores en el campo

Teniendo en cuenta el aumento de temperaturas propio de la temporada estival y las cuantiosas lluvias caídas durante la pasada primavera (e incluso en los últimos días), no es de extrañar que este verano se esté produciendo un incremento de plagas tanto en el campo, como en los núcleos urbanos.

En el sector agrario, tanto agricultores como ganaderos alertan sobre la proliferación de roedores como topillos, que van horadando la tierra y se nutren de las cosechas de regadío, donde encuentran el reservorio perfecto para seguir reproduciéndose.

Javier Fraile gerente de ABIOMED, empresa especializada en control de plagas, explica a COPE Salamanca que no existen muchas formas de controlar al roedor, salvo que sean depredados por el resto de fauna salvaje. Sin embargo, se puede prevenir su superpoblación siempre y cuando se siegue y reduzca la maleza que crece en cunetas y rastrojos, donde encuentran su hábitat natural.

Las temidas cucarachas

También en los núcleos urbanos surgen plagas como la de periplaneta o cucaracha americana. Afirma el experto que este insecto aparece en las viviendas y alcantarillado de nuestra ciudad, porque allí encuentra las condiciones perfectas de temperatura, humedad y alimento.

Se puede prevenir evitando que haya residuos en las vías de las poblaciones y extremando la limpieza. Pero una vez que aparecen, es mejor confiar el trabajo a un experto que deberá establecer un monitoreo para conocer la cantidad de población de cucarachas y aplicar biocidas. Siempre teniendo en cuenta que las cucarachas ofrecen cada vez más resistencia a los plaguicidas.

Durante la pasada primavera hemos sufrido también un aumento de polillas gigantes. Estos insectos inofensivos de la variedad utographa gamma, suelen aparecer ante una disminución de sus depredadores, o a causa del aumento de las temperaturas, entre otros factores.

Un termitero, puede derribar un edificio entero

Las zonas rurales acusan además un aumento de colonias de termitas. Estos insectos, se alimentan de la celulosa contenida en la madera, degradándola hasta consumirla por completo. Las termitas desempeñan un papel vital en la naturaleza al descomponer la celulosa y reciclar los nutrientes de la madera muerta. Pero también pueden causar daños significativos en la estructura de muchas viviendas. Se conoce como la plaga silenciosa, porque el insecto ataca a la construcción desde el interior y es difícil detectarla, sobretodo en casas que permanecen durante largo tiempo cerradas.

Y es que la ausencia de luz y una humedad constante, favorecen que el termitero crezca desde el suelo, de forma radial y hacia el tejado, hasta provocar en ocasiones el hundimiento del inmueble.

Nuevamente serán los profesionales quienes tratarán de combatir las termitas, evaluando los daños ocasionados, localizando el origen del problema, es decir el termitero y aplicando un cebo insecticida, que no es pernicioso para el ser humano y que les impide generar la quitina; una capa externa que recubre y protege al animal de modo que acaben muriendo por infección.

Plagas de de palomas y estorninos

Finalmente, hay aves como los estorninos o palomas que también ocasionan serios problemas de suciedad en el casco urbano, y a menudo solo hay medidas meramente disuasorias para combatirlas, indica Fraile.

La suelta de aves rapaces que son sus depredadores directos, o la reproducción del sonido que éstos emiten, así como la instalación de jaulas trampa, para llevarlas a gestores autorizados, pueden permitir reducir su población en las ciudades. Si estas aves invaden propiedades privadas, se pueden instalar barreras físicas en las fachadas de las viviendas, como redes o bien pinchos para tratar de evitar su anidamiento y/o presencia habitual.

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