La deseada unidad de los cristianos

Llega enero y, como ya es costumbre desde hace varios años, la Iglesia Católica celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Una semana que, junto al resto de cristianos separados de Roma, trata de reflexionar sobre todo aquello que une a las distintas confesiones cristianas que hay en el mundo: católicos, ortodoxos y protestantes en su diversidad. Pero la palabra clave es Unidad, la unidad que Cristo pidió a los suyos para que «el mundo crea». Este año, el lema es «Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».

Los obispos españoles comienzan el mensaje de este año señalando que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, «nos vuelve a interpelar, poniendo como un espejo ante nuestra vista la falta de unidad que nos aqueja, restando así significado a nuestra presencia en el mundo». Y añaden: «el avance de la descristianización de Europa inquieta la conciencia de las Iglesias y Comunidades eclesiales, preocupadas por la pérdida de identidad cristiana del Occidente, cuya cultura y comprensión de la vida, del origen y destino del ser humano no podría entenderse sin la referencia de su propia historia al Evangelio». Los obispos explican que este año se quiere poner el acento en el alcance universal del anuncio de la salvación en Cristo y, por tanto, en el carácter misionero de un ecumenismo. La nueva evangelización es tarea de todos, y la misión requiere hoy de las Iglesias y Comunidades un trabajo de conjunto.

El Espejo ha invitado esta vez a Francisco Jimeno que, entre otras responsabilidades, es el delegado de ecumenismo de la diócesis y al Pope Christian Mihair Deac, teólogo ortodoxo radicado en la diócesis de Getafe. Ambos nos ilustran acerca de los caminos del ecumenismo en España. En una segunda entrevista la hermana Carolina Blázquez, O.S.A., que va a dirigir un encuentro de formación de los celebradores en espera de presbítero bajo el título «Espiritualidad litúrgica», nos introduce en la cuestión y nos da su punto de vista sobre la espiritualidad del mundo actual.

La sección de El Laico ante el Espejo se centra hoy en el Tiempo Ordinario que, no por ser un tiempo fuerte del calendario litúrgico, significa que haya de ser rutinario. Al contrario, está lleno de posibilidades y de tareas, como la que se nos encomienda a todos en la fase diocesana del Sínodo en el que estamos inmersos ¿Qué es lo que proponemos hoy en El Espejo? Vivir la fe y la vida no de una manera rutinaria, sino aplicando las actitudes de María en nuestro trabajo, en la calle, tal como nos pedía nuestro obispo don César en un Espejo anterior. Estemos atentos a las necesidades de los demás, vivamos pendientes de ver dónde falta vino. Aprovechemos para vivir el tiempo ordinario como si estuviéramos en Caná, donde lo más común, lo más ordinario que existe, el agua, puede transformarse en algo nuevo y distinto que sorprenda y alegre la vida a los convidados que tenemos a nuestro lado.