El Espejo
Sacerdotes y buenos pastores
La diócesis reconoce a los sacerdotes que cumplen sus bodas de plata, oro, diamante y platino
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Durante más de 50 años los sacerdotes que nos acompañan esta tarde han llevado la Buena Noticia del Evangelio por los rincones de la diócesis de Segovia. Al igual que Jesús dio la vida por cada una de sus ovejas, los sacerdotes hacen de su vida una entrega continua y constante. Entender la vocación como una forma de vida dedicada a los demás, escuchar la llamada del Señor y mantener firme su palabra es tarea ardua pero también llena de alegrías. Días antes de San Juan de Ávila, patrón del clero secular español, en que la diócesis de Segovia celebra en acción de gracias las bodas de plata, oro, diamante y platino, El Espejo acerca a sus micrófonos a dos de los homenajeados para que nos cuenten en un tono distendido algunos de sus recuerdos y anécdotas de su larga vida de servicio al pueblo de Dios.
Ildefonso Asenjo, un hombre tranquilo, es originario de Campo de San Pedro y cumple 60 años de ministerio sacerdotal. Recuerda lo que le costó decirle a su padre que quería ser cura, la vida de 12 plácidos años en el seminario de Segovia —destacó en sus labores en la enfermería— y su vida pastoral que sólo ha conocido dos destinos: Riaguas de San Bartolomé y Veganzones, con sus pueblos circundantes, donde lleva 40 años. Califica de «epidemia» el desapego actual de la gente por las cosas de la Iglesia y se receta a sí mismo una especial constancia a la hora de predicar.
Ángel Miguel Alonso es de Fuente el Olmo de Íscar y está a punto de celebrar sus primeros 50 años de sacerdote. Él dejó Segovia para realizar los estudios superiores de teología en Vitoria. En su hoja de servicio figuran los destinos de Riaza, Nieva —donde creía tocar el cielo preparando comedias con la juventud—, Fuentepelayo y la ciudad de Segovia donde actualmente es rector del Santuario de La Fuencisla y canónigo de la Catedral. Reconoce que la Iglesia está sufriendo un periodo tibio de su historia, pero está convencido de que llegarán otros tiempos mejores.
El fin de semana se celebra el domingo del Buen Pastor y, con él, la Jornada por las Vocaciones Nativas. Isaac Benito, delegado de Misiones de la diócesis nos da cuenta de su contenido. Además, avalado por su experiencia, nos ilustra sobre la importancia que para el establecimiento de las Iglesias locales tiene el fomento de estas vocaciones. Algunas de las cuales, por cierto, están ejerciendo su ministerio entre nosotros. Vueltas que da la Historia…
Y por último, unas palabras de agradecimiento para los sacerdotes jubilados de Segovia que, aunque no tienen a su cargo responsabilidades pastorales directas, siempre están disponibles para lo que la Iglesia les pida. Los curas en activo, hoy, con la cantidad de trabajo que tienen, no llegan a cubrir todas las necesidades de las parroquias, especialmente en el medio rural. Pensemos en cuando éstos tienen que coger vacaciones, por ejemplo. Bien, pues allí están los sacerdotes jubilados, a veces incluso con limitaciones físicas, cumpliendo con lo que se les encomienda. Que ellos también celebren San Juan de Ávila como se merecen. Siempre hablamos y nos quejamos de que tenemos un clero envejecido en Segovia pero a nuestros curas más mayores tenemos mucho que agradecerles. En El Espejo estamos seguros de que dentro de unos años —que todavía sean muchos, por favor— vamos a echarles irremediablemente de menos.