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Acogida con el corazón

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Qué gesto más sencillo. Levantarse cada mañana, tocar un interruptor, y la luz ilumine la estancia. Pero es un gesto que cada vez nos cuesta más. Y no porque se nos peguen las sábanas y queramos quedarnos un ratito más en la cama cuando suena el despertador. Nos cuesta más porque el precio de la energía se dispara a niveles nunca antes vistos, digamos que está por las nubes. Parece que eso de tener que poner la lavadora a las 12 de la noche o cocinar el domingo para toda la semana con el fin de ahorrar unos euros quedó en el olvido.

Y eso para quienes pueden afrontar la factura a final de mes. Porque no hay que olvidar que en España, una de cada diez familias sufre pobreza energética, es decir, viven ahogados por la factura de la luz. Al final esta crisis energética va un paso más allá del encarecimiento de los suministros, se traduce en un conflicto de intereses políticos que, una vez más, golpean más duro al que menos tiene. Ahora que sobrevuela la sombra de un posible apagón y un desabastecimiento energético, seamos más conscientes y responsables que nunca. Hagámoslo por quienes no tienen esa opción.

Comenzaba hoy el programa con unas palabras del Papa Francisco: «A los pobres los tienen siempre con ustedes». Palabras que son el lema de la Jornada Mundial de los pobres que la Iglesia celebra hoy. En cualquier lugar encontramos personas con diferentes necesidades, no solo económicas. Por eso les propongo que nos demos un paseo hasta la iglesia de San Sebastián, donde tiene su sede, por el momento, la Asociación San Vicente de Paúl. Allí está Florinda Cantalejo, con quien hablamos en este domingo.

Pocos desconocen de su existencia, pero Florinda nos recuerda que San Vicente de Paúl es, esencialmente, una asociación de caridad (de gran antigüedad) en la que todos sus voluntarios se dedican a paliar las necesidades de todos aquellos que acuden en su busca. Lo más importante, son una asociación humana, empática y de ACOGIDA.

En una ciudad como la nuestra, es importante la colaboración institucional. Por ello, San Vicente de Paúl trabaja codo con codo y mano a mano con el Ayuntamiento, la Diputación, la asociación para la protección de refugiados ACCEM o el Banco de Alimentos. Al final, desde estas instituciones les trasladan las necesidades que con sus medios pueden sufragar para sacar adelante y paliar las difíciles situaciones de quienes acuden a ellos.

Como recuerda Florinda, la pandemia del Covid ha marcado un antes y un después, también en su labor, puesto que actividades presenciales como las clases de apoyo a niños, las de español para mujeres o las visitas a enfermos y ancianos no han podido retomarse por el momento. No obstante, ellas siempre han estado junto a quienes las han necesitado, preocupándose de llamar y prestar su apoyo vía telemática.

También el Covid ha cambiado el perfil de quienes llaman a su puerta. Siguen atendiendo a europeos del Este, hispanoamericanos y africanos, como siempre. Pero han aumentado las peticiones de segovianos, españoles que han visto como su situación se ha precarizado y han tenido que recurrir a los brazos de los voluntarios de San Vicente de Paúl. Brazos que siempre están abiertos a la escucha y a la ayuda, por ahora en San Sebastián y San Esteban, aunque el sueño de estas voluntarias es tener un lugar fijo donde centralizar su labor para seguir ayudando con el corazón.