Solidaridad que traspasa fronteras

Las ciudades ya han estrenado su ornamentación navideña o están a punto de hacerlo. En casa, vamos desempolvando las cajas con el árbol, los adornos y el belén. Hay quien ya se apresura a llenar el congelador para las comidas y cenas. Vamos, que ya huele a Navidad en cada rincón. Pero parece que cada año se nos olvida el verdadero sentido de esta celebración... El mismo Dios se hace hombre para traernos un mensaje de paz, amor y salvación.

Como dijo textualmente Isabel Díaz Ayuso en la inauguración del belén monumental de la Comunidad de Madrid, que demuestra la brillantez y el sentido de fe de quien lo escribió, dicho sea de paso: «Ese mensaje cristiano, se tenga o no fe, es el que impregna nuestra forma de vida: la caridad, la piedad, el perdón, la tolerancia, el cuidado a los enfermos, la ayuda a los vulnerables, el respeto a la vida humana, la dignidad de la mujer, la satisfacción de compartir y de hacer el bien».

De eso saben mucho Mariana Radvanska, Florinda Callejo y Florentino Vaquerizo, que nos acompañan en este domingo para hablar de solidaridad. Con Mariana hablamos poco después de la invasión de Rusia a Ucrania, su país natal. Desde entonces ha trabajado por ayudar a sus compatriotas allí y aquí, e incluso ha creado la Asociación Ucranianos en Segovia para canalizar toda esa ayuda. Casi un año después del inicio de la guerra, y en pleno invierno, los ucranianos se han quedado sin electricidad y sin suministros por lo que ahora, la principal necesidad es la de la ropa de abrigo. No obstante, también están acompañando a los desplazados a Segovia.

Aquí las necesidades van variando, como nos cuenta Florinda, de la Asociación San Vicente de Paúl. Allí llevan años atendiendo a todo aquel al que llama a su puerta. El aumento de precios ha repercutido en la escasez de alimentos esenciales como la leche, y en el aumento de la necesidad de asistencia por parte de ciudadanos nacionales. Pero no en la solidaridad de los segovianos que, de hecho, va creciendo sobre todo en esta época del año.

Y aquí es donde han recogido el guante desde las parroquias de El Sotillo, La Lastrilla, Espirdo, Tizneros, La Higuera, Bernuy, Mata y Cabañas. Florentino es uno de los dos sacerdotes que atiende estas localidades. De ellos, en colaboración con las Cáritas parroquiales, ha surgido la propuesta de una recogida solidaria de alimentos, ropa, medicamentos y juguetes. Un proyecto en el que se han implicado los jóvenes que acaban de recibir la Confirmación y que también cuenta con la colaboración de los Ayuntamientos de esas localidades, pues serán sede de la recogida en horario de mañana. Igualmente, quien quiera colaborar podrá hacer sus entregas en la panadería «Visi» de El Sotillo o en cada uno de los templos antes y después de las celebraciones hasta el próximo 1 de enero.

Canalizada debidamente, los alimentos irán a la Asociación San Vicente de Paúl y a Benín; la ropa, a través de Cáritas, irá a Ucrania; los medicamentos viajarán hasta Venezuela (país de origen de Francesco, el compañero de Florentino en estas parroquias) y los juguetes se destinarán a la Asociación Más Futuro y Ucrania.

En definitiva, una acción de caridad que inunda nuestra forma de vida como personas y como cristianos y que, como decía ayuso, sirve de satisfacción por compartir y saber que hacemos el bien.