El arte de la rejería a lo largo de los siglos
Este elemento decorativo y funcional es visible en grandes catedrales como la de Segovia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las rejas son un distintivo de los espacios religiosos en España como iglesias, monasterios, conventos o los grandes templos catedralicios como máximo exponente de la fe católica.
Este elemento arquitectónico a los que el fiel y visitante está acostumbrado a observar en las entradas a capillas o espacios funerarios tiene una historia con origen muy antiguo. El término reja proviene de la palabra latina “régulo” que hace referencia a la barra de hierro plana, verticales y horizontales, que configuraban una red metálica que cerraba un espacio permitiendo su visión desde el exterior.
La reja: origen en el antiguo oriente
Según algunos estudios, la reja es una estructura ya utilizado en las culturas antiguas de oriente, realizadas en madera inicialmente para la realización de jaulas, pajareras o loqueras. Ya en occidente, los griegos emplearon el bronce para forjarlas y ubicarlas en los opistodomos, parte localizada dentro de los templos griegos con cámara cerrada donde se guardaban los objetos de culto y el tesoro.
Roma toma el relevo de la civilización griega y entre los muchos avances recogidos por la antigua Grecia se encuentra la idea de la reja como cerramiento fuerte y aislador que permita el paso de la visión y la luz. Los romanos lo adquieren con el fin de un concepto indispensable para edificios como prisiones, circos, anfiteatros, y en ese esmero por lo visual pero más por la seguridad, cambian la madera y el bronce por el hierro como material de obra.
En la Península Ibérica, con la llegada de los romanos, la reja se fue insertando en los edificios institucionales, siempre destacando la funcionalidad de la seguridad. Con el tiempo, el pueblo visigodo sigue produciendo las rejas conforme a las técnicas y finalidades heredadas.
Durante la Reconquista, los territorios ganados a los musulmanes en el avance hacia el sur fueron repoblados y en ellos se construían fortalezas, iglesias y otros edificios institucionales que en la época se estructuraron teniendo en cuenta la situación bélica y la necesidad de protegerse ante posibles algaradas árabes. Se generaliza el uso de la reja como estilo arquitectónico que se verá influenciado por el legado romano y visigodo, pero también por los diferentes pueblos del norte de la Península y de los mozárabes en cuanto a su confección y técnicas.
La evolución de la reja en Segovia a través de sus catedrales
Segovia es un buen ejemplo de ese desarrollo de la rejería en España. Las iglesias románicas que se fueron construyendo tras la orden del Rey Alfonso VI de repoblar Segovia en 1085 dan una visión de la sociedad de la época cuyos pilares están en la fe cristiana, lo que llevaba consigo que estos nuevos templos gozaran de una arquitectura levantada con buenos materiales y estética diferencial. Y las rejas ya se conformarían dentro de ese marco decorativo, insertándose en la estructura del templo como imprescindible.
Las catedrales que se levantaron en la plenitud del gótico y con la recuperación de los territorios durante los siglos XII, XIII, XIV y XV fueron concebidas con la rejería como elemento fundamental para separar el presbiterio, vía sacra, coros y capillas principales, emulando lo sagrado de estos espacios.
La antigua catedral de Segovia construida a partir del siglo XII es un buen ejemplo del uso de las rejas. Esta catedral fue consagrada en 1228 a Santa María y tuvo como ubicación el espacio, ahora vacío, frente al imponente Alcázar de Segovia. Se componía por una planta de cruz latina, cripta y tres ábsides, además de un claustro y torre campanario, espacios que se irían reformando hasta la parcial destrucción de la catedral en 1522 debido a la Guerra de la Comunidades.
Con las mayores dimensiones de la catedrales y con el objetivo del cerramiento de las capillas, presbiterios o grandes coros, la reja gótica se fue haciendo más variada y compleja, abandonando la repetición de la voluta románica -adorno con forma de caracol-. Un avance importante fue la superposición de varios pisos para alcanzar una mayor altura con la introducción de paños, ricos frisos y airosas «cresterías» o «montantes» que terminan de embellecer sus estructuras. Estas cresterías visibles por los feligreses en lo más alto de las rejas fueron aprovechadas para insertar principios religiosos o morales, entre ellos, la alegoría de la torre -escala entre el cielo y la tierra y la alusión a lo elevado- y la muralla -símbolo de protección contra influencias inferiores-.
Las rejas de la antigua catedral de Segovia evolucionaron desde el siglo XII hasta principios del XVI, siglo en el que Segovia vivía un crecimiento económico y social, atrayendo a afamados rejeros de la época que trabajaron en la catedral vieja como fray Francisco de Salamanca, que realizó en 1508 la reja del coro o de la capilla Mayor.
Con la mencionada Guerra de las Comunidades, las rejas del templo sufrieron los efectos de la lucha entre los comuneros y las tropas de Carlos I. La catedral, situada frente al poder político, el Alcázar, fue epicentro de los combates y su interior aprovechado por unos y otros para atacar desde el robusto campanario o muros. Las rejas fueron utilizadas para proteger puertas y postigos con el objetivo de fortificar las posiciones, perdiéndose gran parte de las mismas y sus elementos decorativos.
Con la decisión de Carlos I de construir una nueva catedral alejada del Alcázar, las rejas que se salvaron fueron trasladadas a la catedral nueva. En concreto, son dos las que se conservan: la ubicada en la capilla de la Piedad, que cerraba la capilla mayor, y la de la capilla del Cristo del Consuelo, localizada en el coro de esta antigua catedral.
La Catedral de Segovia construida entre 1525 y 1768 alberga actualmente 26 rejas góticas, renacentistas pero sobre todo barrocas, de alta calidad. Los capitulares que adquirían capillas para su enterramiento ponían mucho interés de contar con los mejores maestros rejeros, como Bartolomé de Elorza, su hijo Antonio o Pedro de Mayoral.
La última de las rejas incluidas en la Catedral y la más moderna data de 1898 haciendo posible que la visita a este templo y sus capillas sea un recorrido por la historia de la rejería en España, un arte heredado desde la antigüedad.