Una vecina de Valladolid sale a las siete de la mañana de casa y lo que ve le asusta: "¿Hay algo más?"

Andre se ha hecho viral en TikTok por un vídeo en el que cuenta esta experiencia que vive en la ciudad castellana provocando muchos comentarios de pucelanos que se sienten identificados

TikTok: @andre_artinavtok

La niebla de Valladolid en el vídeo

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Andre, una vecina de Valladolid, se ha hecho viral en TikTok tras compartir una experiencia que vivió al salir de su casa a primera hora de la mañana. En su vídeo, Andre describe cómo se encontró con una niebla tan densa y espesa que le generó una sensación de inquietud, preguntándose: "¿Hay algo más característico?". La publicación rápidamente atrajo la atención de pucelanos y otras personas que viven en ciudades con climas similares, quienes no solo se sintieron identificados, sino que comenzaron a compartir sus propias vivencias y recuerdos sobre la niebla que caracteriza a la ciudad de Valladolid en esta época del año.

El fenómeno que Andre describe no es nuevo para los vallisoletanos. La ciudad castellana es bien conocida por sus inviernos fríos y la presencia de nieblas densas que se apoderan de sus calles durante los meses de noviembre y diciembre. Este fenómeno meteorológico es parte del carácter de Valladolid, un detalle que, si bien puede resultar sorprendente para quienes no están acostumbrados, es algo que los habitantes de la ciudad consideran completamente normal.

La niebla en Valladolid es tan habitual que muchos pucelanos la asocian con la llegada del invierno. Los días fríos y la falta de viento crean las condiciones perfectas para que la niebla se forme y se mantenga durante horas, a veces cubriendo por completo la ciudad. Este tipo de niebla, conocida como niebla cerrada, es tan densa que dificulta la visibilidad y crea un ambiente misterioso y, en ocasiones, inquietante.

EUROPA PRESS

Frío y niebla en Valladolid

Tras la publicación de Andre en TikTok, muchos vallisoletanos comenzaron a compartir sus propias experiencias relacionadas con la niebla de la ciudad, generando una gran cantidad de comentarios en los que reflejaron el amor y la identidad que sienten por su ciudad, a pesar de este clima tan característico.

a las siete de la mañana

Uno de los comentarios más comunes fue el de los usuarios que señalaron que lo que Andre había experimentado no era nada comparado con lo que otros vallisoletanos han vivido. "Esto no es niebla, tú no has conocido dos meses seguidos de niebla espesa", le respondió un usuario, sugiriendo que Andre aún no había tenido la oportunidad de experimentar una niebla prolongada como la que a veces se instala en la ciudad durante todo el invierno. 

Otros usuarios fueron más nostálgicos, recordando épocas pasadas. "Yo soy de Valladolid, en el año 82, estuvimos todo el mes de diciembre sin ver el sol, aún así es precioso", comentó otro, evocando los recuerdos de los inviernos más intensos que marcaron la memoria colectiva de la ciudad.

      
             
      

Una de las reacciones más divertidas vino de un usuario que bromeó diciendo: "Valladolid es donde se fabrica la niebla para el resto de España. Aún y todo me encanta mi Valladolid", destacando de forma cómica lo omnipresente que es la niebla en la ciudad durante los meses más fríos del año.

EFE

Una garza real (Ardea cinerea) y un grupo de cormoranes (Phalacrocorax carbo) sobre unas piedras del río Ebro a su paso por Zaragoza

Por otro lado, un usuario que parecía haber llegado a Valladolid por primera vez en invierno compartió su experiencia personal, mencionando cómo la niebla en Valladolid ya forma parte de la identidad de la ciudad. "Cuando subes en el AVE de Madrid destino a Valladolid en invierno y abren la puerta y ves la niebla, ya sientes que estás en casa", comentó, subrayando que la niebla, aunque impactante para los forasteros, tiene algo acogedor para aquellos que la viven año tras año.

lo que ve le asusta

Para los vallisoletanos, la niebla no es solo un fenómeno meteorológico, sino una parte intrínseca de la ciudad. Aunque pueda parecer un inconveniente para los que no están acostumbrados, los habitantes de Valladolid han aprendido a convivir con ella y, en muchos casos, la embrujada atmósfera que crea se convierte en un elemento que les da carácter a las calles y plazas de la ciudad.

      
             
      

El clima de Valladolid, aunque frío y gris en invierno, tiene un encanto peculiar que se suma al paisaje de la ciudad. Las calles empedradas de su casco histórico, los edificios renacentistas y las plazas amplias parecen adquirir un aire místico cuando la niebla se instala sobre ellas, ofreciendo una perspectiva única de la ciudad.