Las dificultades de dos jóvenes de Valladolid para independizarse: “Vivir sola impensable”

Los jóvenes dedican más de la mitad del sueldo a pagar el alquiler de una vivienda

Marta Bermejo ManiegaCarmen García Mollón

Valladolid - Publicado el - Actualizado

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María tiene 22 años y seis meses después de independizarse tuvo que volver a casa. Tenía “bastantes trabajillos” que le permitían irse pero compartiendo piso, en “ningún caso” vivir sola. Se le acabó el contrato y fue en ese momento cuando se vio en la situación de “volver a casa”.

Ahora está intentando ahorrar para ver si “de cara a septiembre” puede irse de nuevo, porque tiene ya “por fin” un contrato indefinido. Muchos tienen que recurrir al apoyo familiar en una situación de incertidumbre o pensar otras alternativas. “Intentar irme fuera en un tiempo no muy largo para ver si allí tienen más posibilidades porque aquí cada vez tenemos menos oportunidades, tenemos más problemas con los pisos”, explica.

Los alquileres han crecido un 5,6 % y supone que la gran mayoría de jóvenes emancipados con un precio mediano de 608 euros mensuales. Los suministros también se han encarecido, durante los primeros seis meses del 2023 se situaron en un 15,8 % del sueldo de una persona joven asalariada. Eso ha empeorado la situación económica de los jóvenes. María cree que las generaciones pasadas vivían mejor: “Nuestros padres ya tienen casi hipotecado un piso y nosotros es que no podemos ni vivir”, argumenta.

Independizarse “inviable” sin el apoyo familiar

En Valladolid, los jóvenes tienen que destinar más de la mitad de su sueldo para pagar el alquiler. Algunos tienen que vivir fuera de sus casas por necesidad, como Isabel, una estudiante que tuvo que mudarse a 35 kilómetros de su pueblo, Quintanilla de Onésimo, porque estudia ingeniería informática en la Universidad de Valladolid.

Hacer frente a un alquiler es “inviable” para jóvenes como ella sin el apoyo de sus padres. Todos los años Isabel hace cuentas con sus padres para saber si el siguiente año va a seguir viviendo fuera o tiene que volver a casa. “Empecé pagando 170 euros y ahora pago casi 300, más gastos por un piso compartido y que también si vienes y vuelves todos los días del pueblo tienes que contar con gastos de gasolina, comer fuera, mantenimiento del coche es hacer un balance de qué es mejor para mí con la situación que tengo en casa”, dice Isabel.

Trabaja a tiempo parcial como 6 de cada 10 jóvenes en el primer semestre del 2023 que firmaron contratos temporales. ¿Y cómo es posible emanciparse en esa situación? Pues en muchos casos imposible hacerlo sin la ayuda familiar.

¿Por qué baja la emancipación?

La tasa de emancipación de los jóvenes entre 16 y 29 años en Castilla y León bajó en los primeros seis meses del 2023 hasta el 14,7 %. Una cifra ligeramente inferior a la del mismo periodo del 2022, 0,15 puntos porcentuales menos. Si comparamos los datos de la Comunidad con el resto de España, Castilla y León se sitúa como la quinta comunidad autónoma con una menor tasa de emancipación. En España la tasa de emancipación es dos puntos superior, en el 16,3 %. Son los datos del Observatorio de Emancipación Juvenil, un informe del Consejo de la Juventud de España en el que colabora el Consejo de la Juventud de Castilla y León.

Tras un año de subida en el número de jóvenes independizados, desciende los primeros seis meses del 2023 hasta los niveles del primer semestre de 2021. Lejos también ya de las cifras de emancipación que había ante de la pandemia 16,9 % en Castilla y León.

Hay varios factores que influyen en el descenso de la tasa de emancipación como el aumento de los precios del alquiler y de los suministros, el aumento de la población joven inactiva y que el 65,5 % de los contratos firmados por las personas jóvenes castellanas y leonesas durante los primeros seis meses del 2023 eran temporales, lo que les dificulta tener expectativas de futuro.

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