Los vallisoletanos celebran el día de su patrón: “He dejado todo y he venido a ver a San Pedro”

San Pedro Regalado ha salido en procesión por las calles de Valladolid con las nuevas andas creadas y diseñadas por artistas vallisoletanos

Carmen García Mollón

Valladolid - Publicado el - Actualizado

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Desde primera hora del día, este lunes, las calles de Valladolid se han llenado de música, de actividades y de cientos de vallisoletanos que han querido ver a su patrón, San Pedro Regalado, al salir de la Iglesia del Santísimo Salvador. Lugar donde las autoridades municipales han hecho una ofrenda floral a su estatua y la imposición del pañuelo peñero por parte de la peña “Los 7 enanitos”.

Los vallisoletanos emocionados, nos decían muchos de ellos, ya que desde hace tres años tienen la suerte de verlo en calle. La petición más repetida ha sido salud “para todos” y “para todo el año”. Hay quien le pide “ayuda” para mantener tradiciones como esta y que para otro año puedan volver a vivir momentos como estos. “He dejado todo y he venido a ver a San Pedro”

Pasadas las once y cuarto de la mañana el patrón de Valladolid, San Pedro Regalado, ha salido en procesión por las calles del centro de la ciudad a hombros de 24 cargadores y este año con unas andas nuevas, como novedad, que han sido creadas y diseñadas por artistas vallisoletanos. “Muy contentos del resultado final y que tienen algo que no llevan otras andas, son cuadros pintados, que son una pequeña joyita. Estamos muy orgullosos”, explicaba a COPE el presidente de la Cofradía de San Pedro Regalado, Carlos González.

Unas andas que carga Juan Ignacio, quien también es “emocionante” salir porque “nuestro quiero patrón” llevaba más de 90 años sin salir, y este es el tercer año que sale a la calle.

Misa en honor a San Pedro Regalado

El recorrido procesional terminaba en la Catedral de Valladolid, donde se ha celebrado la misa en Honor a San Pedro Regalado, presidida por el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello. Una homilía en la que ha pedido llamar a la conversión y proponer la santidad a todos, incluso a los más débiles y pecadores.

El arzobispo ha recordado que celebramos la fiesta del patrón en el año jubilar del Corazón de Jesús. Además, decía que tomamos atajos y reducimos el Evangelio a “fiesta, paz y amor” o al mero consuelo de situaciones difíciles, y es mucho más que eso.

Cree que aquí hay una “hermosa misión” para nuestro tiempo como es volver a enseñar a nuestros contemporáneos “a nombrar el mal”, a juzgar moralmente los acontecimiento, y a confiar en Jesús porque “no es un tipo majete que nos pasa la mano por el lomo. Jesús es verdadero, proclama la verdad que nos hace libres”. Él es la verdad y en nombre de esta verdad anuncia y denuncia, perdona y da la vida por los pecadores. He aquí una hermosa misión.

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