El testimonio de dos voluntarias de 91 y 19 años: quieren devolver el cariño recibido

Lucía y Sara han vivido situaciones muy parecidas en su vida personal que las ha hecho valorar el trabajo de los voluntarios y las ha animado a seguir por ese camino desinteresado.

Marta Bermejo Maniega

Valladolid - Publicado el - Actualizado

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Cada año medio millar de jóvenes participan en el Programa de Voluntariado Joven de la Junta de Castilla y León. A esos 500 hay sumar mucho otros miles que, bien de manera puntual o continuada, prestan su apoyo a asociaciones y ONG que operan en nuestra Comunidad. Es el caso de las dos protagonistas que ha pasado por los micrófonos de Herrera en COPE Castilla y León. Las dos han vivido situaciones muy parecidas en su vida personal que las ha hecho valorar el trabajo de los voluntarios y las ha animado a seguir por ese camino desinteresado.

Lucía, voluntaria con 19 años

Lucía Cítores fue diagnosticada de un linfoma, el sarcoma de Ewing, con tan solo 14 años de edad. En ese tiempo, en el que permaneció largas estancias ingresada en el hospital, recuerda como uno de sus mejores momentos “era el de pasar tiempo con los voluntarios” por eso decidió que, cuando se recuperara, sería voluntaria. Y así se lo pidió a los doctores cuando cumplió los 17 años de edad. Durante todos estos años Lucía conoce bien lo que supone esta acción altruista, primero como paciente y, ahora como voluntaria. Cree que “como paciente te ayuda a despejarte y a evadirte de todo lo que estas pasando y ahora como voluntaria me ayuda a ponerme aún mas en la piel de los usuarios, además de la gratificación también”.

Según los últimos estudios cada vez son más los jóvenes que se interesan por esta acción desinteresada y es que como nos ha explicado Lucía “Cada vez hay mas información y charlas y así que confío en que cada vez los más jóvenes demos ese paso de ser voluntarios porque lo vamos a vivir de cerca ya sea por algún conocido o en nuestra propia piel”.

Una de las mayores satisfacciones que Lucía experimenta siendo voluntaria es que “es un tiempo que está bien invertido, no solo ayudas al resto si no que tú te vas con muy buen sabor de boca a casa, compartes tiempo con los demás y ese tiempo es muy gratificante”.

Sara, voluntaria a sus 91 años: "Da orgullo"

También recibió el apoyo de los voluntarios Sara Tarrero cuando, por un accidente, tuvo que estar ingresada algo más de dos meses. Sintió mucho agradecimiento porque pensó que “me ha devuelto lo que yo haya podido dar en cariño”. Y es que acumula a sus espaldas 35 años como voluntaria. Empezó por vocación y viendo a las voluntarias como trabajaban estando en el Lourdes. Desde ahí ha creado relaciones de muchos años incluso con las mimas personas “ he tenido a personas fijas como a un a madre y a una hija más de 20 años viéndonos cada semana”

Ahora mira con orgullo a sus 4 hijas, que han seguido sus pasos “todas han sido voluntarias y cooperantes, tengo una de ellas que es cooperante internacional y cuando va a casos de guerras yo pienso no la va a pasar nada, y me da orgullo que lo hagan”.

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