Migrantes en castilla y león

Abderrahim, migrante en Valladolid: “Llegar a un futuro bueno”

Llegó hace dos años a Canarias desde Marruecos abordo de una patera con 40 personas

Abderrahim, migrante en Valladolid: “Llegar a un futuro bueno”

Carmen García MollónLaura Ríos

Valladolid - Publicado el

5 min lectura

      
      
             
      

Los extranjeros llevan creciendo en Castilla y León desde el año 2016 de forma ininterrumpida. El de este año es el dato más elevado de la serie histórica. El pico anterior de foráneos se había alcanzado en el año 2011, con 183.454 inmigrante. Detrás de las cifras, hay personas, con nombres y apellidos, con una historia. Como la de Abderrahim Boudin. Tiene 26 años y en agosto, cumplió dos años de su llegada a España en patera desde Marruecos junto a otras 40 personas. Entró en Lanzarote y después llegó a Valladolid. Abderrahim nos ha contado en COPE que no fue un viaje fácil ni seguro. “Hay mucha gente que muere en el mar pero nosotros teníamos una idea para llegar a un futuro bueno”.

Se subió a ese barco, arriesgando su vida, para ayudar a su familia. En Marruecos “no hay los mismos derechos que en España”. Pensaba que sería fácil encontrar un trabajo, pero sin el idioma, solo sabía “un poco de francés” y sin los papeles, se complicó el camino.

Fue la Fundación de La Merced, situada en el barrio de la Victoria de Valladolid quienes le ayudaron aprender el idioma y a formarlo. Abderrahim, en su país, trabajaba con la escayola, ahora está esperando para hacer un grado formativo, un curso de albañilería y poder entrar en el mundo laboral.

Aunque echa de menos a su familia, dice que está agusto en aquí y quiere quedarse. “Es muy difícil dejar mi familia pero es la vida”, asegura. Habla cada día con ellos, con su madre, por teléfono, videollamada, WhatsApp, pero los extraña. 

Sobre qué le diría a las personas que tienen temores a acoger a población inmigrante. Abderrahim explica que “hay gente buena, mala en todos los países, no podemos ver una persona está mal o está bien”.

La ayuda a los migrantes de La Merced en Valladolid

¿Qué ocurre cuando llegan los migrantes a ciudades como Valladolid? En el caso de que sean mayores de edad, hay centros como el de Fundación La Merced Migraciones en Valladolid. Les ayudan a integrarse, con formación en idiomas o con formación para que puedan tener un trabajo. Este centro lleva 8 años en Valladolid y ha acogido a casi 200 personas.

      
             
      

Lo primero que haces es recibirlos en la casa de acogida donde tienen 9 plazas de un proyecto de ayuda humanitaria a través del Ministerio con una “acogida integral”. Lo básico es enseñarles el idioma “desde el primer momento” con voluntarios, con clases, con un trabajo en red con otras entidades.

También la acogida psicóloga. “Vienen con un camino, con muchas cosas en la mochila”, nos ha contado en COPE Susana Mozo, educadora social en el centro. La “educación integral”: la alimentación, de higiene, de orden, puntualidad... Acogerle que viene “de una etapa de su vida dura, buscando un futuro mejor” y acompañarlos en el día a día en los básico con el idioma.

¿Cuánto tiempo permanenecen en el centro?

En estos últimos 8 años, han tenido distintos tiempos, depende de los períodos. Lo marca el Ministerio. “Ha habido temporadas que podían estar más, seis meses con prorrogas, después tres. Ahora están teniendo unas estancias algo más largas, que se pueden alargar en el tiempo y poder hacer un tiempo positivo de vida para la persona”, argumenta Mozo. 

      
             
      

Este tiempo que marca el Ministerio no cumple el tiempo que deberían estar: Sí para avanzar “mucho pero no para regularizar”. Por la fundación también tiene en Valladolid, desde hace años, una segunda fase con otros dos pisos de promoción a la autonomía “para poder completar el tiempo de estancia, regularizar y terminar un proyecto personal con cada uno de los chicos”.

El tiempo depende de cada caso. 3 años si van a regularizar a través de un arraigo social pues en España. Si es un arraigo formativo, para que puedan estudiar un curso, se solicita en extranjería la documentación, poder tener residencia y posteriormente con el curso prácticas y poder trabajar, “tienen que estar mínimo 2 años” en nuestro país.

¿Qué necesidades tienen cuando llegan?

El centro de proyecto de ayuda humanitaria cubre todas las necesidades básicas. Desde un lugar donde dormir, una alimentación, una pequeña formación. Además, a la vez que trabajan con esas personas en las necesidades básicas, también en su documentación. “Hay que ganar su confianza, trabajar el idioma para podernos entender y que puedan traer su acta de nacimiento. Después acudir a los consulados y embajadas en Madrid y poder tramitar para que cuando llegue el tiempo adecuado para poder solicitar un arraigo tengan su pasaporte”, explica Susana.

      

Para Susana es una “satisfacción” poder trabajar con personas que día a día te aportan. De “haber sido capaz” de educar, de “dar un empujón, “de poder dar posibilidades” para que esas personas salgan adelante. Es ir yendo “pasito a pasito” y muchos de ellos, más del 90 por ciento de los que han pasado por el centro, están regularizados. “Están trabajando, se han quedado a vivir en Valladolid, incluso en el propio barrio”. Tienen sus pequeñas familias. Y aunque salgan de la fundación siguen bajo su paraguas.

Susana recuerda que hay momentos que marca como cuando ve hacer las videollamadas a muchos de ellos, hablando con sus familias, que a lo mejor no sabían si habían llegado. “Esa vivencia, esa mirada de madre, esas lágrimas, eso sí me marca”.

¿Cuántos migrantes han llegado en los últimos años?

En 2023, el mes de octubre batió récord de llegadas de migrantes a Canarias. Con más de 14.000 en un mes. Este 2024, hasta julio,  han llegado más de 26.000 personas a nuestro país de forma irregular. El 74 por ciento a Canarias que está saturada y por eso han tenido que ser acogidos en otras comunidades autónomas como Castilla y León. Se esperaban a lo largo del verano 44 migrantes, la mayor parte de ellos ya han llegado y faltaba un pequeño grupo que estaba pendiente de los billetes para viajar.