Informes, evaluaciones y trabajo en las aulas: el examen final para un profesorado superado por la LOMLOE
8 de cada 10 docentes afirman que la burocracia lastra su labor educativa
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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El curso escolar toca a su fin, pero lejos de suponer un alivio para la comunidad docente se convierte en el examen final de su propia paciencia. Memorias educativas, Informes finales o adaptaciones curriculares. La ley educativa ha venido para sobrecargar el día a día de los profesores con una carga burocrática que duplica los documentos y que luego la administración educativa ni considera.
A las nuevas funciones burocráticas que impuso la LOMLOE se le dedica no menos de cinco horas semanales y a las puertas de clausurar curso, el papeleo se multiplica. Lo sabe bien Isabel Fernández, es profesora en Secundaria del Colegio Jesús y María de Valladolid. En COPE nos cuenta que esta sobrecarga genera no solo cansancio, sino frustración. “Es la sensación de sentir que no llegamos. Nuestro eje es el alumno y atenderle para sacar lo mejor de él. Cuando sentimos que no podemos llegar por el sistema, la frustración se hace mucho más latente”.
La administración tampoco acompaña con los plazos y las exigencias. Las directrices llegan con el curso ya empezado con una metodología ya implantada. Es lo que vive en su día a día Claudia Coca, profesora de Infantil y Primaria y además orientadora del centro. “Y todo es para antes de ayer. A veces al Administración marca unas fechas y ellos van tarde. Con la LOMLOE me lo mandan en marzo y mis alumnos ya han empezado a trabajar con una metodología”, ha lamentado. Llega a la recta final exhausta y cuando echa la vista atrás lamenta que la administración no tenga en cuenta la planificación de cada centro, “es volverle la cabeza del revés a los profesores”.
Junio sin presión académica para algunos alumnos
Sienten que el sistema se está olvidando de verdadero protagonista de la educación: los alumnos. Temen un nuevo curso marcado por la improvisación y por la incertidumbre. Y es que la nueva ley educativa tiene directrices que son contraproducentes para los alumnos. En concreto para Secundaria. En estas dos semanas, hay que priorizar a los alumnos que tienen que subir nota o recuperar algunas asignaturas, pero, ¿qué pasa con el resto?
Isabel Fernández imparte materias de letras a los alumnos de la ESO de Jesús y María en Valladolid y explica que hay que aprovechar el tiempo para intentar apoyar a los alumnos que no han podido sacar todas las asignaturas. “Hemos hablado para ver qué hacemos el año que viene, dentro de lo que la ley nos permite, para que todos los alumnos sigan trabajando y no se genere en su cabeza una sensación anticipada de verano”, razona.
Una ley educativa hecha a espaldas de los protagonistas, sin presiones académicas en la recta final para algunos alumnos, pero con todo el peso sobre un profesorado que llega al límite de sus fuerzas para cumplir más con las exigencias de la Administración que con su verdadera vocación: la enseñanza.