La 'turismofobia' llega a este rincón de Zamora: Pintadas amenazantes y ruedas rajadas
Los recientes ataques en Fermoselle, como la pintada en el nuevo vehículo municipal con el mensaje “Fuera turismo” y los actos de sabotaje durante el puente de la Constitución muestran una peligrosa tendencia
Zamora - Publicado el - Actualizado
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El Ayuntamiento de Fermoselle ha alzado la voz ante una preocupante ola de vandalismo que refleja un fenómeno que ya se ha visto en otros destinos turísticos de España: la turismofobia. Los recientes ataques, como la pintada en el nuevo vehículo municipal con el mensaje “Fuera turismo” y los actos de sabotaje durante el puente de la Constitución —donde numerosos vehículos, tanto de turistas como de vecinos, sufrieron pinchazos en sus ruedas—, muestran una peligrosa tendencia.
Fermoselle, conocido como “la villa del vino” y puerta al Parque Natural de Arribes del Duero, ha apostado firmemente por el turismo como una vía para revitalizar su economía. Gracias a esta actividad, el pueblo ha logrado atraer visitantes, generar empleo y preservar su patrimonio cultural y natural. Sin embargo, estos ataques no solo atentan contra la infraestructura y la seguridad, sino que también envían un mensaje alarmante de rechazo a uno de los pilares económicos fundamentales de la localidad, como es la llegada de visitantes a esta localidad y a toda la comarca.
Además del vandalismo, se denuncian actitudes incívicas que agravan la situación, como el uso inadecuado de los espacios públicos, dejando calles y lugares emblemáticos en condiciones deplorables. Este tipo de comportamiento refleja una falta de respeto hacia el entorno y hacia los esfuerzos que el Ayuntamiento de la localidad y los vecinos han realizado para posicionar a Fermoselle como un destino atractivo y sostenible dentro del turismo rural de interior.
El vandalismo no es la forma de canalizar descontentos. Las administraciones locales han interpuesto denuncias ante la Guardia Civil para investigar estos actos y sancionar a los responsables. Sin embargo, el problema de fondo trasciende lo legal y requiere una reflexión profunda. La turismofobia no solo divide a las poblaciones, sino que puede condenar al ostracismo a pueblos que dependen del turismo para su supervivencia.
Fermoselle es un ejemplo vivo de cómo el turismo puede transformar un lugar, pero este progreso se ve amenazado por una minoría que recurre a este tipo de actos para expresar su rechazo. Desde el Ayuntamiento se ha hecho un llamamiento a través de sus canales oficiales, invitando a los vecinos a buscar soluciones colectivas que beneficien a todos. “La sostenibilidad y el desarrollo no pueden construirse desde la confrontación, sino desde la colaboración”, explican desde el consistorio.
Y es que a juicio de los agentes de desarrollo, Zamora no puede permitirse caer en la trampa de la turismofobia que ha afectado a otras localizaciones de España. La convivencia y el respeto son esenciales para asegurar que pueblos como Fermoselle sigan siendo un lugar próspero, atractivo y acogedor tanto para los vecinos como para los visitantes. “La solución está en trabajar juntos, no en destruir lo que tanto esfuerzo ha costado construir”, finalizan desde el Ayuntamiento de la localidad.