Arranca la Copa América de Vela en Barcelona: La competición náutica más importante del planeta

Barcelona se prepara para vivir la 37ª edición de la Copa de la América de Vela, un evento de gran impacto deportivo, económico y turístico que arranca con la regata preliminar y se extenderá hasta finales de octubre.

Este evento internacional proyectará la imagen del frente marítimo barcelonés ante una audiencia global de 1.500 millones de espectadores y atraerá a 2,5 millones de turistas, con una ocupación hotelera del 87%.

Según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra, se estima que la Copa de América generará un impacto económico de 1.115 millones de euros para la capital catalana, revitalizando además el ecosistema empresarial vinculado a la náutica.

La competición, que se disputará en un campo de regatas frente a las playas de Barcelona, desde San Sebastián hasta el Bogatell, representa un evento excepcional a nivel mundial, comparable solo con los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol en términos de repercusión económica.

Además, la Copa América incluirá la UniCredit Youth America's Cup y la Puig Women's America's Cup, eventos que también contribuirán a destacar la ciudad en el escenario internacional.

Vecinos de la Barceloneta entre la Oportunidad y la Preocupación ante el Evento

En la Barceloneta, el emblemático barrio costero que albergará gran parte de las actividades relacionadas con el evento, los vecinos viven una mezcla de anticipación y nerviosismo.

Aunque la llegada de miles de turistas promete beneficios económicos, especialmente para los sectores hotelero y comercial, muchos residentes temen un impacto negativo en su calidad de vida.

La preocupación por la movilidad, la gentrificación y la saturación de las playas son temas recurrentes entre los habitantes del barrio, que afrontan ya presiones relacionadas con la masificación turística.

A medida que se avecina el inicio de la competición, la comunidad de la Barceloneta se encuentra en un cruce. Aunque algunos ven la Copa América como una oportunidad para revitalizar la economía local y dar a conocer la hospitalidad del barrio, otros temen que este evento agrave los problemas existentes.

La gran incógnita es si la Barceloneta conseguirá adaptarse sin perder su esencia o si el evento transformará de forma irreversible la vida en este querido barrio costero.