SUCESOS
Javier, el policía apaleado por okupas casi hasta matarlo
Un agente de los Mossos le salvo la vida con un torniquete hasta la llegada de los servicios de emergencia: "dos minutos más y habría fallecido".
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Javier Ruiz recibió una brutal paliza de tres okupas, quienes le golpearon con un martillo y machetes. El policía local de Piera se encuentra grave en el hospital. Raúl Ruiz, su hermano, explica a COPE Catalunya i Andorra que está crítico con decenas de heridas en la cabeza y el cuerpo —18 puntos cada una y una placa en el brazo— . Además, los agresores le seccionaron una arteria del brazo izquierdo que estuvo a punto de matarle. “De no ser por el agente que le puso un torniquete, ahora estaríamos en su funeral”, narra Raúl.
Los hechos ocurrieron hace una semana, cuando tres okupas entraron en el bar de los padres de Javier. El policía, que estaba fuera de servicio, fue al local en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), tras recibir los avisos de algunos vecinos. Al entrar y ver a los individuos, Javier les advirtió de que estaban cometiendo un delito. Lo empujaron y él sacó su placa. “Cuando mi hermano se identificó como policía empezaron a atacarle al grito de ¡Es policía, matadle!”, cuenta el hermano con tono crispado y enfadado. Javier no pudo ni llamar a emergencias. “Le rompieron el teléfono para que no pudiera pedir auxilio, como diciendo De aquí no te escapas”, añade Raúl.
Los héroes de la historia
Al oír los gritos, una vecina llamó al 122. Los Mossos de Escuadra llegaron pocos minutos después, justo a tiempo para que uno de los agentes le salvase la vida a Javier. Le seccionaron la arteria del brazo izquierdo. El agente paró la hemorragia con un torniquete. “Dos minutos más y habría fallecido”, le dice el médico a la familia. Los servicios de emergencia lo llevaron al hospital, se encontraba en estado crítico.
Los agresores le provocaron decenas de heridas en la cabeza y el cuerpo. “Le golpearon tan fuerte que rompieron el martillo en su cabeza”, narra el hermano. El brazo izquierdo es el más afectado por la paliza. “Podría perder el trabajo si no se recupera”, concluye Raúl.
Rifirrafe con la justicia
A la preocupación se le suma la rabia. La Fiscalía y los Mossos tipifican los hechos como tentativa de homicidio, pero la justicia lo ha reducido a un simple delito de lesiones. Ahora mismo, estos tres individuos se encuentran en libertad. “No compartimos la decisión de la jueza. Si ves las fotos queda bastante claro que es tentativa de homicidio”, señala Raúl. Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), su portavoz, Eugenio Zambrano, ha condenado los hechos. “Estamos consternados que estén en libertad y no en prisión preventiva”, confiesa Zambrano. “Es incomprensible, intentaron matar al agente”, exclama el portavoz.
Un triste recordatorio
“Tiene dos hijos menores, que están consternados. Su mujer tiene miedo”, expresa su hermano Raúl. “Las cicatrices de su cabeza serán un recordatorio del este terrible día”, lamenta. Sin embargo, también están felices porque “cuando llegué al hospital creí que iba a perder a mi hermano, pero ahora podré celebrar otro fin de año con él”. El nerviosismo y la crispación se mezclan con la alegría.
A Javier y su familia le espera un proceso largo de rehabilitación. Durante dos años tendrán que visitar hospitales, pero no en vano el policía local se está recuperando poco a poco del día que casi le matan.