EXTINCIÓN DE INCENDIOS

El invento español que puede acabar con los grandes incendios para siempre

Ecofire es un producto desarrollado por César Sallén que protege cualquier material contra el fuego y además es totalmente inocuo para el medioambiente y las personas.

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El invento español que puede acabar con los grandes incendios para siempre

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Los productos antiincendios están diseñados para controlar, extinguir o prevenir incendios. Hay muchos tipos diferentes de productos antiincendios disponibles en el mercado, como extintores de incendios, rociadores automáticos, mantas ignífugas, sistemas de supresión de incendios, entre otros. Pero el Ecofire viene con la expectativa de superar a todos.

Quince años ha tardado César Sallén en desarrollar el producto pero el resultado ha valido la pena. "Está diseñado, sobre todo, para hacer de cortafuegos. Poder crear una línea por delante del fuego y que cuando este llegue ahí colapse por completo" explica Sallén. Su aplicación convierte en ignífugo cualquier material al cual se aplique "sirve incluso para apagar los incendios en las baterías de lítio". Ahora ya lo comercializa a través de la empresa simonrack.

(ESCUCHA LA ENTREVISTA CON CÉSAR SALLÉN AQUÍ)

Totalmente ecológico

La gran preocupación de las empresas cuando se lanza un producto es su sostenibilidad. En este caso hablamos de un producto totalmente ecológico e inócuo para con el medioambiente. ¡Incluso es comestible! y no genera ningún tipo de residuo.

Pero aún va más allá. Tiene una efectividad 50 veces superior al agua. Una cuba de 500 litros de este producto equivale a 25 mil litros de agua. El ahorro en un recurso tan valioso como el agua es más que clara.

¿Cómo funciona?

Sallén explica que "la solución crea una capa carboxílica con un tamaño 40 o 50 veces superior al del recubrimiento proyectado, se queda adherida y evita el contacto con el oxígeno".

Entonces imaginemos un incendio. Los bomberos echan agua y más agua para apagar y después para refrescar. Todo ese agua, en caso de que el incendio ocurra en una ciudad, va a parar a la alcantarilla o se filtra con todos los residuos. Con el producto se apagaría muchísimo más rápido, con muchísima menos cantidad y no dejaría ningún residuo.

Si no llueve lo suficiente el producto permanece en el lugar de forma efectiva. Harían falta 10 litros por metro cuadrado para que dejase de funcionar.

Una vez más la necesidad es la madre del ingenio y este oscense sintió esa necesidad de buscar una solución a una plaga creciente de incendios. "Los bomberos tienen a su disposición instrumentos de alta tecnología pero, sin embargo, siguen usando agua como hacían los romanos".

César, además, tiene otros inventos en su haber: Robots para desactivar bombas, puertas de autocerrado para la banca o vallas inteligentes para Adif.

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