David Madí: “Tomar decisiones contra el mandato electoral puede llevar al desastre"

David Madi, que fue dirigente de Convergencia Democràtica (CDC) y mano derecha de Artur Mas cuando era presidente de la Generalitat, pide a los partidos que “se entiendan” tras los resultados del 12 M, que han dejado un mandato electoral claro: “a los independentistas les han dicho que basta de peleas entre ellos y a los socialistas que hasta aquí ha llegado la estrategia del pasar página”. Madi recuerda también a las formaciones políticas que “tomar decisiones en contra del mandato electoral puede llevar al desastre, como le ha sucedido a Ciudadanos, que en su día hizo la interpretación electoral más errónea de los últimos quince años”, ha asegurado.

En declaraciones al programa Converses de Cope Catalunya i Andorra, David Madí ha afirmado que ahora “el soberanismo no tiene ninguna jugada de jaque mate, tiene que reconstruir su estrategia y rehacer puentes, en una maniobra que en política se llama salvar el ejército”. En este sentido, el exdirigente de CDC recuerda los buenos resultados de la fórmula de Junts pel Sí, reivindica “la política madura” y lamenta “las dosis de infantilismo que a veces ha tenido el catalanismo en los últimos años”.

Madí apuesta por conseguir grandes complicidades para transformar España. “Si se

quiere el concierto económico, hay que buscar el apoyo del País Vasco y la unidad de otras muchas personas, no solo de las fuerzas políticas y económicas catalanas”.

El estratega de la antigua Convergència acaba de publicar el libro “Merecer la Victoria”, en el que revela varios datos sobre el proceso independentista que hasta ahora no se habían explicado y en el que denuncia que “la primera operación de la guerra sucia es contra la familia de Jordi Pujol”. Según Madí, todo nace de la Transición y de una verdad muy incómoda: “la Transición española reposa sobre una bolsa de porquería inmensa, comenzando por los partidos, la Monarquía, los bancos, las constructoras y que permite que se pase de una dictadura a una democracia sin derramar sangre”. “Es una verdad muy incómoda y también el pecado original de todos los partidos que fueron partícipes de esto”, considera. “Es el sistema que se montó en España, no en Cataluña” ha afirmado.