Momentos con Luis Rodríguez
Alejandro: “Mataron a mi novia delante de mí”
“Mi novia salió corriendo hacia fuera, y yo fui detrás de ella. Y cuando ella salió le dijo que la dejara en paz. Él sacó una pistola y le pegó un tiro delante de toda la familia”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Conocí a una chica que vivía en Perú. Empecé una relación con ella. Más tarde se fue sola a Perú. Y allí se quedó embarazada de otro chico, que había sido su pareja anteriormente. Ese chico me la tenía jurada y yo estaba con miedo. Yo dudaba entre viajar a Perú o no ir, y al final decidí no ir, porque llamé a Momentos y tú, Luis, me convenciste de que no lo hiciera. Más tarde ella regresó a Barcelona y abortó”, cuenta Alejandro.
“Tenía miedo, temía por mi vida. Yo quería seguir con ella, pero me lo pensé y decidí dejarla. Le dije que si me demostraba que podía confiar en ella, a lo mejor algún día, más adelante, podríamos retomar la relación. Entonces ella se fue a Perú. Algunos días después recibí una llamada: su ex la había secuestrado. Pidieron dinero a sus padres y a toda su familia”, explica Alejandro.
“¿También a ti?”, pregunta Luis.
“No, a mí no, porque conmigo nunca ha hablado directamente”, responde Alejandro. “Decidí viajar y me fui a Perú. Yo estuve con sus padres. Pagamos el rescate, y como no aparecía, decidimos buscarla.”
“Ella fue secuestrada por su exnovio y tú te marchaste a Perú. ¿Para qué? ¿Para negociar?”, inquiere Luis.
“No, para estar con su familia, porque sus padres también viajaron”, responde Alejandro.
“¿Qué ocurrió estando en Perú?”, pregunta Luis.
“Nada. Yo tengo allí muchos amigos, ya había hablado con todos y empezamos a seguirle la pista: por dónde estaba, con quién se movía ese chico... Y le encontramos”, explica Alejandro.
“¿A él?”, pregunta Luis.
“Sí, a él. Nos dijo que había roto la relación con ella, que él la había dejado. Llamamos a la policía. Le registraron la casa y no encontraron nada. Entonces envié a unos chicos para que la buscaran como fuera. Estuvimos seis o siete días buscándola sin parar, y cuando la encontramos me refugié con ella en casa de sus padres. Ya habíamos recogido los billetes de avión, y una noche su ex vino a picar a su casa. Salimos toda la familia. Él sacó una pistola y le pegó un tiro”, cuenta Alejandro.
“¿A quién?”, pregunta Luis.
“A mi novia”, responde Alejandro.
“¿Él le pegó un tiro delante de ti?”, dice Luis.
“Sí, y la mató”, responde Alejandro llorando. “Y allí acabó todo.”
“¿La mató delante de ti y delante de quién más?”, pregunta Luis.
“Delante de sus padres y de sus abuelos”, responde Alejandro.
“Y después de matarla a ella, ¿qué pasó?”, pregunta Luis.
“Huyó. Lo encontró la policía y está en prisión a la espera de juicio. Pero el daño ya está hecho, no se puede hacer nada más. Y ahora estoy aquí en Barcelona arreglando las cosas, estoy mal, muy deprimido. No salgo de casa. Mis padres están muy preocupados por mí”, explica Alejandro.
“¿Y él está en la prisión?”, pregunta Luis.
“Sí, él está preso”, responde Alejandro.
“¿Por qué están preocupados tus padres por ti? ¿En qué sentido?”, pregunta Luis.
“Porque no salgo, porque me he deprimido, porque me tengo que medicar para dormir...”, responde Alejandro.
“¿Por qué la asesinó? ¿Para que no estuviese contigo?”, pregunta Luis.
“Quizás, no lo sé”, dice Alejandro.
“Te hubiera disparado a ti”, observa Luis.
“No, porque no iba a por mí, fue directo a ella”, aclara Alejandro.
“¿Pero lo hizo delante de ti y delante de sus padres? Explícame la escena de ese encuentro, cómo sucedió exactamente, detalle a detalle”, le pide Luis.
“Estábamos en la casa. Estaban sus abuelos; sus tíos, que estaban durmiendo porque se despiertan a las cinco de la mañana para ir a trabajar, y serían las once y cuarto de la noche; y también sus padres. Estábamos los seis: sus dos abuelos, sus padres, ella y yo. Estábamos hablando y de repente el chico empezó a chillar en la calle, allí mismo. Son casas pequeñitas. Salió su padre, le preguntó qué quería, le dijo que por favor nos dejara en paz, y él insistía en que quería hablar con ella. Yo estaba dentro y no escuché muy bien lo que pasaba fuera, ni tampoco me quería entrometer. Entonces salieron sus tíos y le dijeron: “Es mejor que te vayas.” El abuelo de mi novia se puso muy nervioso, porque está muy delicado. Mi novia salió corriendo hacia fuera, y yo fui detrás de ella. Y cuando ella salió le dijo que la dejara en paz. Él sacó una pistola y le pegó un tiro delante de toda la familia”, explica Alejandro.
“¿En qué ciudad ocurrió?”, pregunta Luis.
“En Lima”, responde Alejandro.
“Alejandro, ¿tienes miedo ahora?”, pregunta Luis.
“No”, responde Alejandro.
“¿Te arrepientes de haber ido?”, pregunta Luis.
“No”, responde Alejandro.
“¿Qué clase de persona es el ex de tu novia, aparte de lo que nos dijiste?”, inquiere Luis.
“Un cobarde, una mala persona. Una persona capaz de hacer algo así no puede ser buena”, dice Alejandro.
¿A qué se dedicaba?, pregunta Luis.
“A vender droga, a trapichear, a robar... Yo ahora estoy en manos de psicólogos y de psiquiatras”, dice Alejandro.
“¿Cómo te va a afectar esta historia, Alejandro?”, pregunta Luis.
“No lo sé”, dice Alejandro. “Ahora no puedo dormir por las noches y tengo que tomar medicación.”
Alejandro llora, consciente de que si su novia no hubiera sido asesinada aún estaría con ella, y pregunta: “¿Qué puedo hacer?”
Luis le responde: “En primer lugar tienes que seguir con el tratamiento para poder dormir, y con el psiquiatra, y buscar ayuda para ti porque la necesitas. Rodearte de buenos amigos, porque los necesitas, pero también tienes que tomar precauciones. Desaparece de Barcelona, y aunque sea lamentable rompe el contacto con la familia de ella. Es decir, que no sepan dónde estás. Cambia de domicilio, cambia de número de teléfono, cambia de trabajo, escapa por tu vida... Escapa, porque probablemente él vendrá a por ti. Él puede ordenar que te maten y mandar a alguien. Te va a localizar a través de la familia de ella, no lo dudes. Rompe con la familia de ella, aunque te duela, y escapa.”
“De acuerdo”, dice Alejandro.
“Si te puedo ayudar en algo, no lo dudes, llámame. Aquí somos tus amigos”, le dice Luis.
“Muchas gracias”, agradece Alejandro.
“Un abrazo”, concluye Luis.
MOMENTOS CON LUIS RODRÍGUEZ
Radio de madrugada con Luis Rodríguez.
La radio a oscuras...
Todos los días de 1,30 a 6 de la madrugada a través de Cope Cataluña y Andorra. “Momentos con Luis Rodríguez”, desde Cope Barcelona para todo el mundo.
La radio no decae, ni siquiera por la noche. Las horas profundas de la madrugada son un “non stop” a disposición de curiosos, insomnes, amas de casa, universitarios, profesionales, gentes de edad avanzada, jóvenes y adultos que coinciden en el cruce de caminos de uno de los males de nuestro siglo: la incomunicación en las grandes ciudades.
De día se va deprisa, a un ritmo frenético, no hay tiempo para nada y la radio se oye mientras se desempeña otra actividad. La madrugada, en cambio, es el tiempo de la calma, de la reflexión, el insomnio, la soledad, el darle vueltas a los problemas...
La radio se convierte entonces en compañera, en íntima amiga y, a veces, en tabla de salvación. A través del teléfono, Luis Rodríguez está a disposición de todos los que deseen ser escuchados. Eso explica la buena audiencia de “Momentos”, un programa donde los oyentes pueden ser escuchados y también comprendidos; explicar sus problemas e inquietudes.
A través del teléfono gratuito 900 40 20 32 son muchas las llamadas, las historias, las vivencias que se comparten en antena, creando el ambiente preciso para que el oyente se sincere y profundice sobre cualquier tema que haya elegido libremente. En “Momentos con Luis Rodríguez” la audiencia es la auténtica protagonista.
“Momentos con Luis Rodríguez” ha sido premiado en numerosas ocasiones por su labor social y cuenta con más de 1.800.000 seguidores en Facebook.com/momentosluisrodriguez, así como más de 23.000.000 descargas de podcasts de las llamadas en la plataforma Ivoox.com/momentosconluisrodriguez.
Todos los días de 1,30 a 6 de la madrugada a través de Cope Cataluña y Andorra. “Momentos con Luis Rodríguez”, desde Barcelona para todo el mundo.
Puedes comunicarte con Luis Rodríguez a través del teléfono gratuito 900 40 20 32 o bien contar tu historia escribiendo a luisrodriguez@momentos.fm.