Momentos con Luis Rodríguez
Laura: “Mantengo una relación tóxica con mi novio y no sé cómo salir”
“Es muy celoso, posesivo, controlador y agresivo. Discutimos cada día, lo dejamos, volvemos... Lo dejo y llora. Luego me hace el numerito de que va a cambiar. Y así siempre”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Tengo 18 años. El año pasado conocí a un chico en el instituto. Empezamos como amigos. Más tarde iniciamos una relación. Todo fue muy rápido y no me dio tiempo a conocerle del todo. Hasta entonces nunca había tenido una relación seria. Llevamos casi un año, y los problemas empezaron a los dos meses”, nos cuenta Laura.
“¿Qué problemas, Laura?”, pregunta Luis.
“Es muy celoso, posesivo, controlador y agresivo. Discutimos cada día, lo dejamos, volvemos... Lo dejo y llora. Luego me hace el numerito de que va a cambiar. Y así siempre. Ya no sé qué hacer. En su casa he vivido episodios de gritos, discusiones fuertes...”, explica Laura.
“No es precisamente un romance”, advierte Luis.
“Pues no, yo lo paso muy mal”, dice Laura.
“¿Y tú no sabes qué hacer, Laura? Yo creo que sí sabes qué hacer”, le dice Luis. “¿Te gusta esta relación?”
“No”, dice rotundamente Laura.
“¿Quieres dejarla?”, le pregunta Luis.
“Sí, pero no sé cómo”, responde Laura.
“Pues corta”, le aconseja Luis.
“Pero es que tengo una dependencia de él”, dice Laura.
“Es lo que suele pasar”, responde Luis, “porque estas personas, como tú le has descrito, celoso, posesivo, controlador, agresivo, que te monta un numerito, que llora porque lo dejas... nadie les ha enseñado a hacerlo, pero saben crear esta dependencia. Te hacen chantaje emocional, si tú lo dejas te hacen sentir mal... Pero esta historia es muy fea. Tú lo sabes, Laura. Esto no es ningún romance, ni un enamoramiento tampoco. Tú sí que sabes lo que tienes que hacer: dejarlo.”
“Yo le quiero, pero...”, dice Laura vacilante.
“Pero tú no quieres una pareja así, Laura”, le dice Luis. “Tú, cuando no le conocías y pensabas en un noviazgo, en vivir una historia de amor, ¿pensabas en un chico así?”
“No”, responde Laura.
“¿Lo ves? Tú no quieres un chico así”, observa Luis.
“No”, confirma Laura.
“Pues déjalo, porque esto es el infierno. Lo que estás viviendo ahora es poco comparado con lo que te espera”, le advierte Luis.
“Es que no sé cómo dejarlo”, contesta Laura.
“Pues diciéndoselo, verbalizándolo”, le aconseja Luis. “Dile que vuestra historia ya ha terminado y que no vais a volver más.”
“Hoy he vivido un episodio muy grave en su casa”, dice Laura.
“¿Qué ha pasado?”, pregunta Luis.
“Yo estoy distante. No soy la misma de hace siete meses. Ya no puedo más. Él me ha preguntado: “¿Qué te pasa?”, y yo le he respondido: “Nada.” Me ha dicho que no le doy cariño, se ha puesto a llorar, se ha tomado tres antidepresivos, se ha desmayado, he llamado a su madre, hemos avisado a la ambulancia y se lo han llevado a un hospital. Me siento mal”, explica Laura.
“Pero tú tienes 18 años, Laura. No tienes por qué sentirte mal. ¿Tú quieres a este chico?”, pregunta Luis.
“Le quería”, responde Laura.
“Le querías, pero ahora ya no, porque ya le conoces”, le dice Luis. “Los dos primeros meses fueron bonitos porque no le conocías, pero a los dos meses empezaste a darte cuenta de que era celoso, posesivo, controlador, agresivo... ¿Qué edad tiene él?”
“20 años”, responde Laura.
“¿Es agresivo contigo?”, pregunta Luis.
“No me respeta. Nunca me ha puesto la mano encima, pero me ha dicho cosas muy feas”, explica Laura.
“¿Tú sabes cuál es el perfil psicológico del asesino de Marta del Castillo? Es tal como tú me has estado describiendo a tu novio: celoso, posesivo, controlador, agresivo, chantajista emocional... Así es él”, le previene Luis. “Tienes que dejar esta relación destructiva. Es un chico que no te interesa. ¡Tienes que dejarlo ya! ¿Cómo se deja a este chico? Se lo has de comunicar. ¿Tus padres qué tal con sus padres, Laura?”
“Bien”, responde Laura.
“¿Les has explicado todo esto a tus padres?”, pregunta Luis.
“No”, responde Laura.
“Pues lo primero que tienes que hacer es hablar con tus padres y explicarles todo esto y anunciarles que lo vas a dejar. Más que nada para que te protejan, porque tú no sabes cómo va a reaccionar este individuo cuando le dejes. Tal como lo estás describiendo, “o eres mía o no eres de nadie”. Te puede hacer daño. Hay chicas de tu edad que han sido asesinadas por sus novios cuando les han dejado. Esto es serio, porque está sucediendo en España. No es algo estrambótico. Tienes que andar con mucho cuidado. Tienes que dejarlo rápido, porque esto no es un romance, ni tampoco es una persona que te quiere. Esta persona te posee, pero no te quiere. Para él no eres una persona, sino un objeto sobre el cual siente que tiene derecho. Si le dejas, tienes que hablar antes con tus padres, avisarles y pedirles ayuda para que te protejan. No vayas sola con él, no quedes con él para dar explicaciones. Las personas que asesinan a las novias que abandonan la relación lo suelen hacer cuando quedan con la novia. Las citan y las hacen desaparecer. ¿Soy exagerado, Laura?”, sigue advirtiéndole Luis.
“Me estoy asustando un poco”, dice Laura.
“Estas historias aparecen en los periódicos, ¿sabes? Es que funciona así. Tú te encuentras con un chico que es celoso, posesivo, controlador y agresivo, que te monta estos números, que te hace este chantaje... y lo tienes que dejar, avisando a tus padres y no quedando nunca con él, no teniendo ninguna cita para dar explicaciones. Porque en esa cita es cuando se le pueden cruzar los cables y te puede hacer desaparecer”, le aconseja Luis.
“No le veo capaz de hacer eso”, replica Laura.
“Marta del Castillo tampoco le veía capaz, y el novio la asesinó. ¿Tú crees que Marta del Castillo, si hubiese pensado que el novio era capaz, hubiera confiado en él? Ella no creía que fuera capaz, y por eso confió en él. Laura, tienes 18 años. Una historia romántica no es una historia con un celoso, posesivo, controlador, agresivo y que te monta numeritos. El amor es muy bonito, es lo más fascinante que hay en la vida. El amor te hace sonreír, te hace sentirte importante, te hace sentirte princesa. La persona que te quiere te hace sentir bien, te trata bien, te trata con respeto, te habla bien, te mira bien...”, le explica Luis.
“Él me ha dicho muchas veces que iba a cortarse las venas”, reconoce Laura.
“¿Eso te dice? Esta es una persona muy peligrosa. Se puede cortar él las venas o te las puede cortar a ti. Yo no te digo esto para asustarte, para exagerar o para transmitirte miedo. Tal como está el panorama, las mujeres tenéis que ser muy inteligentes. Cuando detectéis un hombre así, tenéis que salir corriendo. Hace tiempo una persona me presentó a su pareja. El día después esta persona me preguntó: “¿Qué te ha parecido?” Y yo le di mi opinión: “Me parece que es posesivo y agresivo.” La persona que me hizo esta consulta se enfadó conmigo. Diez meses más tarde el chico apareció en la televisión por un delito. Claro, la chica salió huyendo. Pasó muy malas experiencias. Las puedes evitar. Ese chico no te interesa, Laura. Pregunta a tus padres qué opinión tienen de esto”, sigue aconsejándole Luis.
“A mi madre le cae súper bien”, contesta Laura.
“Pero tienes que avisar a tu madre de esto. Si tú le explicas estos detalles a tu madre verás cómo ya no le cae tan bien. Él ha sabido utilizar incluso a tu madre para atraparte a ti, pero tienes que explicar la verdad a tu madre. No puedes caer en la red de una persona así. En el supuesto de que no acabe con tu vida, lo que te espera es una vida de torturas, de malos tratos. Te espera un infierno. Vas a vivir aterrorizada toda la vida. ¿Tú quieres eso, Laura?”, le dice Luis para hacerla reflexionar.
“No”, responde Laura.
“Hay chicos maravillosos, Laura”, le dice Luis. “¿No te da miedo una persona así? A mí me daría miedo, sinceramente.”
“Estoy en estado de shock. No me lo creo”, dice Laura.
“Claro, eso les pasaba también a las otras chicas, que no se lo creían. Por eso fueron asesinadas. No puedes caer en esa trampa. Deja a ese chico, y antes avisa a tus padres. Explícales cómo es él. No aceptes ninguna cita con él a solas, no vayas a ningún lugar. Ten el teléfono siempre a mano, y si hace falta llamar a la policía, llama. Te lo digo en serio, porque está a la orden del día. Aquella chica que me presentó a su pareja, que yo le dije que era posesivo y agresivo, cuántas veces me llegó a decir: “¡Si me hubiera dado cuenta antes, la de problemas que hubiera evitado!”, sigue diciendo Luis.
“No estoy muy segura”, dice Laura.
“¿De qué no estás segura, Laura?”, pregunta Luis.
“De qué debo hacer”, responde Laura.
“Si tú se lo explicas a tu madre y a tu padre, verás cómo esto te va a ayudar a verlo con más objetividad, porque ellos te van a ayudar. Tu madre es una mujer de experiencia, que ha pasado por muchas cosas. También se enamoró, tuvo novio, y sabrá ayudarte. Y tu padre también. Escucha a los dos. Verás cómo los dos seguramente coinciden en esto”, sigue aconsejándole Luis.
“La próxima relación que tenga, antes tendré que conocer muy bien a la otra persona. Mi fallo ha sido empezar sin conocer a la persona realmente”, reconoce Laura.
“Esta es otra lección que tienes que aplicarte”, responde Luis. “Pero, Laura, no tardes en romper con él, porque corres un riesgo. Yo tendría miedo en tu lugar. Cuando tú le anuncies que le vas a dejar, te va a montar un cirio que te vas a enterar.”
“Se lo diré por teléfono”, dice Laura.
“Pues se lo dices por teléfono, pero, hazme caso, habla con tu padre y tu madre antes. Lo necesitas”, le aconseja Luis.
“Estoy muy triste”, dice Laura llorando.
“Ya lo sé”, responde Luis, “pero es mejor que estés triste y te cures de esto, a que pases toda la vida destrozada o que acabes asesinada. La vida te ha proporcionado esta experiencia para que aprendas y te hagas muy fuerte, porque la próxima vez tendrás más cuidado, Laura”, le dice Luis.
“Me siento como vacía”, confiesa Laura.
“Pero será los primeros días. Al principio te vas a sentir vacía, pero cuando pase un poquito de tiempo se cura”, dice Luis.
“De acuerdo”, responde Laura.
“Y si quieres volver a llamar me cuentas qué tal estás”, concluye Luis.
“Gracias”, agradece Laura.
MOMENTOS CON LUIS RODRÍGUEZ
Radio de madrugada con Luis Rodríguez.
La radio a oscuras...
Todos los días de 1,30 a 6 de la madrugada a través de Cope Cataluña y Andorra. “Momentos con Luis Rodríguez”, desde Cope Barcelona para todo el mundo.
La radio no decae, ni siquiera por la noche. Las horas profundas de la madrugada son un “non stop” a disposición de curiosos, insomnes, amas de casa, universitarios, profesionales, gentes de edad avanzada, jóvenes y adultos que coinciden en el cruce de caminos de uno de los males de nuestro siglo: la incomunicación en las grandes ciudades.
De día se va deprisa, a un ritmo frenético, no hay tiempo para nada y la radio se oye mientras se desempeña otra actividad. La madrugada, en cambio, es el tiempo de la calma, de la reflexión, el insomnio, la soledad, el darle vueltas a los problemas...
La radio se convierte entonces en compañera, en íntima amiga y, a veces, en tabla de salvación. A través del teléfono, Luis Rodríguez está a disposición de todos los que deseen ser escuchados. Eso explica la buena audiencia de “Momentos”, un programa donde los oyentes pueden ser escuchados y también comprendidos; explicar sus problemas e inquietudes.
A través del teléfono gratuito 900 40 20 32 son muchas las llamadas, las historias, las vivencias que se comparten en antena, creando el ambiente preciso para que el oyente se sincere y profundice sobre cualquier tema que haya elegido libremente. En “Momentos con Luis Rodríguez” la audiencia es la auténtica protagonista.
“Momentos con Luis Rodríguez” ha sido premiado en numerosas ocasiones por su labor social y cuenta con más de 1.800.000 seguidores en Facebook.com/momentosluisrodriguez, así como más de 23.000.000 descargas de podcasts de las llamadas en la plataforma Ivoox.com/momentosconluisrodriguez.
Todos los días de 1,30 a 6 de la madrugada a través de Cope Cataluña y Andorra. “Momentos con Luis Rodríguez”, desde Barcelona para todo el mundo.
Puedes comunicarte con Luis Rodríguez a través del teléfono gratuito 900 40 20 32 o bien contar tu historia escribiendo a luisrodriguez@momentos.fm.