Este es el curioso motivo por el que las islas Canarias se llaman de ese modo

El autor de la saga de libros sobre curiosidades "Ya está el listo que todo lo sabe", etimológicos de las palabras, Alfred López, nos hace algo más sabios al dar respuesta a las preguntas sobre enigmas u orígenes que utilizamos.

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘Estar a partir un piñón’?

La expresión «estar a partir un piñón» es definida por la RAE como una locución coloquial que indica una gran afinidad y unidad de intereses entre dos personas, aludiendo a la disposición de compartir incluso algo tan pequeño como un piñón (semilla del pino de entre dos y veinte milímetros). 

Sin embargo, expertos señalan que la frase original era «estar a partir un quiñón», reemplazándose «quiñón» por «piñón» con el tiempo debido al desuso del primero. 

Un quiñón era una porción de tierra de cultivo compartida por varias personas, quienes trabajaban y dividían equitativamente sus frutos, generando una relación de entendimiento y cooperación. Este término, derivado del latín quinio (grupo de cinco), también dio lugar a palabras como «quintana» o «quinto».

El curioso motivo por el que las islas Canarias se llaman de ese modo

El ave conocida como canario (Serinus canaria domestica) debe su nombre a las islas Canarias, no al revés. 

Estas islas no están vinculadas a aves, sino a perros: su nombre proviene del latín Ínsula Canaria (“isla de los perros”), otorgado por el rey Juba II de Mauritania en el año 40 a.C., quien quedó impresionado por la abundancia de canes en el archipiélago y llevó dos mastines a su reino. 

Esta denominación fue documentada por Plinio el Viejo y originalmente designaba a Gran Canaria. Este vínculo con los perros se refleja en el escudo de Canarias, flanqueado por dos canes. Aunque circula una teoría alternativa que atribuye el nombre a la tribu bereber de los Canarii, pocos historiadores la respaldan, ya que carece de evidencias sólidas.

El curioso origen etimológico del término ‘recalcitrante’

El término "recalcitrante", según la RAE, significa terco, obstinado o aferrado a una opinión o conducta, y su origen proviene del latín recalcĭtrantis. 

Este vocablo combina el prefijo "re-" (reiteración) y "calcitrum", que aludía al golpe de talón. Originalmente, hacía referencia al pataleo o golpes repetitivos contra el suelo, ya fuera como protesta o en el contexto de ciertas danzas. 

Sin embargo, su primera acepción se relacionaba con las coces continuas que algunos equinos, como caballos, mulas o burros, daban con sus pezuñas, tanto hacia personas como contra el suelo, especialmente cuando estaban atados a un poste o árbol y debían permanecer inmóviles. 

La persistencia de estos animales en sus gestos rebeldes y repetitivos inspiró el uso del término para describir una actitud de terquedad o reincidencia, significado que ha perdurado hasta nuestros días.