Kenia, hija de Lucrecia Pérez, asesinada en 1992: "No tengo odio"

Fue la fría noche del 13 de Noviembre de 1992 en las ruinas de la antigua discoteca Four Roses en Aravaca. El guardia civil Luis Medina y tres menores la emprendieron a tiros contra varios dominicanos que malvivían en esa chabola. Lucrecia recibió tres de esos disparos. Uno de ellos en el corazón. Los autores fueron detenidos semanas después. Eran Luis Medina, Guardia Civil, y tres menores, todos de un grupo de extrema derecha. Se les condenó a décadas de encierro. Todos están ya en libertad.

Lucrecia había llegado a España hacía apenas un mes para trabajar como empleada de hogar, pero la despidieron porque no sabía usar los electrodomésticos. Llevaba varios días en la indigencia. Dejó en República Dominicana una hija, Kenia Carvajal. Por aquel entonces tenía 6 años. Ahora tiene 31, vive en Madrid y con ella hemos hablado en COPE. De aquel día le quedan pocos recuerdos.

"No tengo muchos recuerdos, cuando llamaron para darnos la noticia del asesinato de mi madre, pero recuerdos de ella... muy pocos" relata Kenia que si algo tiene claro es que no siente odio por los asesinos de su madre, "no se debe sentir odio, siento mucho dolor y mucha rabia y ese dolor lo utilizo para luchar contra el fascismo y la intolerancia".

Curiosamente ese trabajo de Kenia es el Movimiento contra la Intolerancia que también fue muy activo tras el asesinato de Lucrecia. Sigue están presidido por Esteban Ibarra que confiesa en COPE que ese caso fue un antes y un después en cómo tratar el racismo en España.

El día a día de Kenia en esta asociación consiste en luchar contra el racismo dando charlas de concienciación en los colegios, a médicos para que identifiquen un delito de odio o atendiendo a víctimas de delito de odio en las oficinas.