Entran en casa de un vecino de un pueblo de Madrid en fiestas y la lían en su habitación: "Hasta despertarle"

Todo vale durante los días de celebraciones, como demuestra esta peña de la localidad madrileña de Robledondo en la que el protagonista se acuerda de todos los que tuvieron esta idea

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Los miembros de la peña en el piso al que entran

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Durante 3 meses, casi todos los pueblos de la geografía española celebran las festividades de sus patrones con municipios que multiplican su población, familias reunidas y amigos que vuelven a juntarse. Algunos se dejan llevar tanto por la efusividad como en este pueblo de Madrid y terminan entrando hasta la habitación de una casa.

Si eres de aquellos a los que les da vergüenza cantar, bailar o brincar, ya puedes cambiar el chip. Todos aprovechan que nadie te conoce para desconectar y disfrutar sin pensar en lo que puedan decir los demás. Pero es que los del propio pueblo hacen lo mismo, aunque se ganen una reputación para toda la vida.

En un ambiente donde el alcohol y diversión se combinan a partes iguales, es más que probable que algún cubata vuele por los aires sin querer. A las fiestas de los pueblos se va a pasarlo bien y eso implica situaciones como la que se dio en Robledondo, como refleja un vídeo que está corriendo como la pólvora.

Mantillas en la calle de un pueblo en fiestas

Y es que la fiesta no termina hasta que los pájaros comienzan a cantar y los primeros rayos de sol despuntan en el horizonte. Padres, madres, niños y abuelos suelen dar por terminada la noche cuando la orquesta llega a su fin, aunque cada vez son más los que alargan un poco su noche.

En fiestas

Y que decir de las orquestas, son los espectáculos más esperados del año. No hay gira de C. Tangana o de Rosalía que valga, la gente se recorre los pueblos para ver en directo a sus favoritas. Las orquestas gallegas son las que se llevan la palma como Panorama, Paris de Noia, Olympus o Combo Dominicano.

En este contexto, bien es sabido por todos que, toda fiesta de pueblo, tiene dos pases: un primero donde la verbena es la protagonista, pero también un segundo que comienza cuando la orquesta termina. A este solo los más atrevidos llegan. Ya habrá tiempo de dormir al día siguiente. Aunque en este pueblo de Madrid no lo ponen fácil.

      
             
      

Pero, ¿qué pasa cuando tienes la desgracia de que las fiestas del pueblo se celebren al lado de tu casa, de forma que quieras o no se meten en tu habitación? La mezcla de alcohol, fiesta y las aglomeraciones en muchos pueblos y ciudades son el caldo de cultivo perfecto para este tipo de sucesos.

Porque el que tiene pueblo sabe que esas fechas son sagradas. Como un ritual que lleva ocurriendo desde que tienes edad para salir y, que si te pierdes, no te lo podrás perdonar durante los siguientes 365 días. Las fiestas de los pueblos siempre dejan recuerdos memorables como este que ocurre en Robledondo.

Entran en casa de un vecino

A última hora, algunos deciden empezar a arrastrarse al puesto de churros y otros deciden hacer la retirada y abrazar a su cama. En este pueblo de Madrid lo llevan a otro extremo y dejan esta experiencia que no parece muy agradable para la persona que la sufre cuando entrar en casa de un vecino.

      
             
      

Todos sois mejores amigos durante esos tres días del año, aunque el resto del tiempo ni siquiera te acuerdes de los nombres de las personas con las que hablas y bailas. Pero el alcohol también puede afectar de otra forma y llevar a una charanga hasta el interior de una casa como hacen en Robledondo.