Una estafa telefónica les arruina el día de Reyes

María y Andrés son un matrimonio jubilado de Ibi (Alicante). El 6 de enero recibieron una llamada supuestamente del banco en la que les alertaban de un robo en un cajero. Siembran el miedo y ganan credibilidad dándote las cuatro últimas cifras de la tarjeta. Han ganado la primera batalla y a partir de ahí solo puedes perder.

Aprovechan la falta de costumbre de las personas mayores con las aplicaciones móviles. Son sus víctimas perfectas. La nueva modalidad de robo a distancia se llama 'Instant Money', esa nueva herramienta que ofrece el banco para recoger dinero en cualquier cajero con un simple código.

Andrés se pone nervioso cuando desde el supuesto banco le dicen que una persona les están robando. Para ganarse aún más la confianza de sus víctimas, el primer interlocutor pasa la llamada a una compañera que es la que, en teoría, va a verificar los datos para protegerles e impedir el robo. 55 minutos al teléfono. Pero todo es una trampa.

María coge el teléfono. Al otro lado, una persona muy educada, se dispone a conseguir su propósito: guiar a esta pareja a la aplicación bancaria. "Mira a ver si en la esquinita de abajo pone 'Instant Money'. Yo no había oído nunca esa palabra, pero lo vi y pulsé porque me lo dijeron", relata la víctima.

Los estafadores obtuvieron el deseado código, lo pusieron en el cajero y acto seguido ya tenían sus primeros 300 euros. El proceso lo repitieron hasta en tres ocasiones. Retiraron 900 euros en efectivo. "Cuando llegaron al tope, nos pidieron otras tarjetas y si teníamos cuentas en otros bancos. Ahí ya es cuando sospechamos, pero ya era tarde", se lamenta María.

María y Andrés han presentado denuncias ante la Guardia Civil, el banco y también una reclamación en la Oficina del Consumidor. No tienen muchas esperanzas en poder recuperar el dinero porque al final fueron ellos los que autorizaron las tres operaciones de 'Instant Money'.

¿Qué debemos hacer ante una llamada así?

Los ciberdelincuentes utilizan todos los canales a su alcance para tratar de conseguir víctimas: mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas teléfonicas como la que sufrieron María y Andrés. "Ninguna entidad financiera va a llamarnos a nuestro teléfono móvil o va a mandarnos un correo para pedirnos ni dígitos ni datos ni códigos", alerta Fernando Móner, presidente de AVACU (Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios).

"Incluso habrá veces que nos aparecerá en nuestra pantalla el nombre de la entidad bancaria, pero esto lo pueden clonar y lo pueden jaquear perfectamente", avisa Móner.

En cuanto a las posibilidades de que Andres y María puedan recuperar sus 900 euros, Fernando Móner recuerda: "Cuando la víctima no participa directamente en el proceso, la mayoría de veces la responsabilidad será de la entidad emisora o financiera en los casos de clonación de tarjetas y uso fraudulento".