Coste energético
El azulejo no ve rentable a corto plazo la implantación del hidrógeno verde
El sector cerró 2022 con un incremento de la factura energética de un 80 por ciento.
Castellón - Publicado el - Actualizado
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El sector azulejero asumió durante el pasado un sobrecoste de la factura energética de un 80 por ciento respecto a 2021. Así se desgrana de un estudio realizado entre sus socios por la patronal ASCER, que valora en más de 1.800 millones de euros el coste que ha supuesto el gas, la electricidad o las emisiones de CO2.
Todo ello pese a que se contó con un descenso de producción. Con ello, y tal como nos ha explicado el secretario general de ASCER, Alberto Echavarría, a los micrófonos de COPE, ha hecho que “entre el 30 y 40 por ciento de los beneficios se han ido para la factura energética. Es una locura, teniendo en cuenta que nuestros competidores sí tienen ayudas públicas, y que les han aminorado muchísimo. En Italia les han llegado a subvencionar un 45% del coste, nos han pegado un repaso respecto al apoyo”.
Una subida de precios que se ha notado especialmente en el gas, que se ha triplicado en apenas 2 años para el sector, y pese a que ahora se ha asentado a un coste de unos 30 megavatios/hora, un precio que eso sí de momento no pueden disfrutar ya que “muchas empresas para torear los precios que se estaban soportando en años anteriores, se cerraron contratos a medio/largo plazo con coste más alto”.
Ante ello, el sector, que como ha definido Echavarría “somos una industria terriblemente afectada por toda la legislación pero también somo terriblemente competitivos y resilientes”, no ha dejado de trabajar en la apuesta por una mayor eficiencia energética y apuesta por renovables, que ha subido un 150% en apenas un año, “en lo que ya supone una tendencia para el sector”.
Para lo que el secretario general de ASCER ha cerrado las puertas a corto plazo es la entrada del hidrógeno verde como principal energía. A día de hoy es 8 veces más caro que el gas, por lo que indica que “no es una realidad ni una alternativa, dado que no hay producción suficiente y que tampoco hay regulación, redes, etc. Puede ser una alternativa en muchos años, bien entrada la década de los 30 o los 40 por lo que ahora hay que centrarnos en las tecnologías disponibles, el gas, el biogás y en la medida de lo posible ir electrificando la producción”.
Echavarría también ha analizado qué supone la convocatoria de elecciones para el sector, cuando se encontraba en plenas negociaciones con el ministerio de Industria para flexibilizar la normativa estatal de subvenciones para que pudieran optar las empresas del sector. Sobre ello, apuntaba que “nos ha pillado con el pie cambiado, y nos ha dejado a nosotros que llevábamos trabajando un mes para modificar la ley de subvenciones en la casilla de salida. Tenemos constancia que el ministerio está trabajando para que esa orden de ayudas (que aparecerá en las próximas semanas) no sea un fracaso, y confiamos en el comodín que es que se publique un real decreto ley a través de la diputación permanente que flexibilice el acceso a las ayudas, porque si no las empresas no podrán optar y se perderá el dinero”.