La sequía incrementa los efectos del incendio que en 2022 quemó 20.000 hectáreas en Castellón
Los problemas que produjo el incendio que se originó en Bejís continúan y se incrementan por la falta de lluvias
Castellón - Publicado el - Actualizado
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Hace justo dos años, cientos de vecinos y miles de visitantes tuvieron que abandonar sus casas y alojamientos ante la cercanía del fuego, en total fueron 2.000 personas las desalojadas. Eran horas y días muy complicados para la provincia del Castellón y para la comarca del Alto Palancia.
Las chispas de un tren provocaban un incendio que, en un principio nadie se podía imaginar la entidad que iba a tener. El fuego originado en el término municipal de Bejís arrasó más de 19.100 hectáreas y ha sido el peor sufrido en nuestras comarcas en las últimas décadas y que se adentró en Torás, Teresa, Sacañet y El Toro.
Un tren atrapado
Un tren llegó a quedar atrapado por las llamas sin poderse mover hacia delante ni hacia atrás, algunos pasajeros sufrieron quemaduras y saltaron del trns para huir de unas llamas que veían muy cerca. Entre la desesperación, más de una decena de personas saltaron del tren y corrieron por las vías huyendo del fuego, pese a que algunos llegaron a sufrir quemaduras. Finalmente el tren pudo dar marcha atrás y salir del infierno que le rodeaba.
Aquella incidencia, la conductora nunca fue advertida del incendio que afectaba a la zona, no se cobró ninguna dimisión. La titular de Administraciones Públicas, Gabriela Bravo, contaba con la íntima confianza de Ximo Puig y no la hizo dejar el cargo.
Los efectos se agravan
2 años después a estos municipios y a la zona afectada, la sequía poco o nada está ayudando. De hecho, han sido miles los estudiantes de la Comunitat Valenciana y también asociaciones que han querido sumarse a los trabajos de repoblación y, sin llover, son los pueblos los que tienen que afrontar el riego para que pueda recuperarse el verde en la zona.
Así lo explica en COPE el alcalde de Torás, Carlos Leoncio del Río: "Con colegios de Castellón y de Valencia hemos plantado miles de árboles, han sido más de dos mil los estudiantes que han venido a Torás y hemos ido regando arbolito por arbolito, pero no es suficiente ese agua, porque lo que nos interesa es que llueva".
La prioridad en aquellos días posteriores era poder frenar al fuego, se tardó una semana en poderlo dar por controlado y obligó a recurrir a todas las fuentes de agua disponible en las proximidades. Esto ha tenido consecuencias ahora, Torás va justo de agua y ha tenido que implementar en los últimos días restricciones en la utilización del agua y, también, sobre la zona quemada y es que también se tuvo que echar mano del agua del mar, salada y eso repercute negativamente en el terreno para su posterior reforestación.
"El problema de los incendios, de lo que se quema y no vuelve a salir, es sofocar los incendios, que se gasta agua. En el embalse que tenemos, donde había millones de litros, se quedó bajo mínimos y como no ha llovido no se ha regenerado".
Del Río también advierte en COPE que "se dañan los acuífeos" y, además, "el agua de mar no es buena para sofocar incendios. Si que sofoca incendios, pero luego esa tierra sale perjudicada por la sal que se deposita en la tierra y tener que utilizar agua dulce y de riego para sofocar incendios tiene consecuencias".
Un fuego que afectó, en Torás, al 90% del territorio, según recuerda el alcalde. "Se salvaron las personas y las propiedades del casco urbano, lo demás quedó todo carbonizado. Ahora, gracias a Dios y al esfuerzo ya se ve verde, pero árboles no quedó ninguno. Todo fue pasto de las llamas".