Un grupo de amigos ve un radar en la calle en Valencia y terminan parando la circulación: "Un plan diferente"
En las ciudades son muy habituales estos velocímetros con el objetivo de concienciar a los conductores, pero estos jóvenes decidieron que también pueden servir para su diversión
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Los radares son una medida adoptada por las administraciones competentes para tratar de controlar la velocidad a la que circulan los vehículos. Desde hace tiempo los hay en las ciudades, con el objetivo de que los conductores no se excedan en tramos muy concurridos. Pero estos jóvenes de Valencia han decidido darles un nuevo uso.
La tecnología civil sigue avanzando a buen ritmo. Nace principalmente en los avances que se producen en la industria militar y aeroespacial, para pasar décadas más tarde a nuestro entorno doméstico. Algunas de estas innovaciones ya forman parte de nuestras vidas y ya no podemos prescindir de ellos.
Pero otros han llegado para ponernos límites, como los radares, que los hay de muchos tipos en nuestras carreteras. Actualmente, la tecnología empleada en los de velocidad es la más sofisticada que podamos hallar en nuestras ciudades: ondas de diferentes frecuencias, cámaras lectoras de matrículas...
Los más sofisticados ya cuentan con sistema láser, los más eficaces y efectivos en cualquier situación, que combinados con sistemas de grabación en video de alta definición, son el arma definitiva para cazar al infractor. Aunque también pueden ser un motivo de diversión, como demuestran los jóvenes de esta historia.
Radar
El radar de punto es el más usual. Es un dispositivo compuesto por un emisor de ondas y una cámara fotográfica de alta resolución y velocidad. Calcula en milisegundos la velocidad del vehículo y si es excesiva dispara una foto del vehículo y de su matrícula, evidentemente. En ámbito urbano pueden multar por sobrepasar los 50 km/h o los 80 km/h en una ronda de circunvalación.
Los radares de semáforo tienen un comportamiento sencillo. Cada vez que cambia a rojo, el aparato realiza dos fotos consecutivas en las que se aprecia el semáforo y los vehículos que están detenidos o los que no han respetado el rojo. Otro que está en desarrollo es el que controla las zonas de bajas emisiones.
Los de tramo son los que más se están extendiendo. Aquí se mide la velocidad en un tramo de carretera o ronda, no en un único punto. Con un juego de cámaras al principio y al final del tramo controlado, leen y comparan matrículas de todos los vehículos, y calculan el tiempo invertido en recorrer el tramo. Si tardas menos de lo que toca, se dispara automáticamente la multa.
También hay otros que no multan, como los de punto pedagógico. El funcionamiento es idéntico al de cualquier radar de punto, pero se añade un indicador luminoso con la velocidad detectada en los vehículos que pasan frente al radar, con los dígitos en rojo si es excesiva y en verde si es correcta.
Terminan parando la circulación
Es uno de este último tipo el que protagoniza la historia. Bien sea por ondas o por cámaras, detecta cualquier tipo de vehículo que circule, pero también otros objetos móviles que no son un vehículo. Es por lo que a estos jóvenes se les ocurre una brillante idea que se está convirtiendo en el contenido favorito de mucha gente.
Usando la música del histórico videojuego Mario Kart, cada uno de los amigos se lanza en un reto por superar la velocidad del anterior, dejando momentos muy divertidos entre ellos como los que están destacando muchos usuarios de la red social. ¿Quién decía que los radares solo nos amargan?