LUZ DE CRUCE

Cine y Motor presenta: TORO SALVAJE

Coche protagonista: un Packard Six de 1942.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hoy abordamos una de las mejores películas de la larga y brillante carrera del director Martin Scorsese, el biopic de Jake LaMotta, estrenado en 1980 con un gran éxito de crítica y premios. El cine y el boxeo siempre han hecho buena pareja y este film es una buena muestra de ello; la vida de un campeón que, como tantas otras, acabó en un pronunciado declive.

La película, que es en blanco y negro, se basa en el libro autobiográfico del propio púgil, publicado en 1970, y se inicia con el joven boxeador ganando combates y ascendiendo en la carrera por convertirse en aspirante a ser el campeón del peso medio. Con 20 años y ya casado, se va consolidando como profesional, con la ayuda de su hermano Joey que ejerce de representante y ocasionalmente de sparring, aunque su relación siempre estuvo ensombrecida por las relaciones de este último con algunos capos mafiosos del Bronx.

Su vida personal también cambió cuando conoció a Vickie Thailer, de quien se enamoró y que se convirtió en su segunda esposa. Ella tenía 16 años y ya había ganado varios concursos de belleza. Los exagerados celos de Jake convirtieron el matrimonio en una convivencia con muchos altibajos y constantes discusiones, aun así tuvieron tres hijos. Además, ese carácter posesivo y desconfiado hacia su mujer le llevaron a enemistarse con su hermano.

La película va alternando la mirada a sus circunstancias personales con los triunfos en el ring y el comienzo de una rivalidad legendaria con otro gran campeón como fue Sugar Ray Robinson. No obstante, antes de hacerse con el preciado título, accedió a presiones de la mafia para amañar algún combate, lo que le reportó un importante descrédito. Finalmente, en junio de 1949 venció al entonces rey de la categoría, el francés Marcel Cerdán, proclamándose campeón de los pesos medios. Mantuvo la corona un par de años y ya en 1954 decidió retirarse.

Como vemos en la parte final, Jake cambió el cuadrilátero por el espectáculo. Abrió un club nocturno en Miami donde él mismo actuaba contando chistes sin demasiado éxito. Esa vida licenciosa provocó que su mujer le pidiera el divorció. Además, al dejar acceder a menores al local fue acusado por la Fiscalía y pasó un año en la cárcel. No obstante, siguió cultivando sus aficiones escénicas prácticamente hasta el final de sus días, recitando a Shakespeare en los escenarios; incluso, aunque no lo muestra este film, intervino en varias series de televisión e hizo cameos en hasta 15 películas.

COCHE PROTAGONISTA

Jake conquista a quien sería su segunda esposa, Vickie, cuando le invita a dar una vuelta en su flamante descapotable: un Packard Six de 1942.

Packard fue una marca de automóviles de lujo fabricados por la Packard Motor Car Company. Fue fundada en 1899 en la ciudad de Warren en Ohio, pero luego se trasladó a la meca del motor, a Detroit, hasta que en 1958 desapareció.

Desde el principio, Packard introdujo una serie de innovaciones en sus diseños, incluyendo un moderno volante de dirección y, años después, el primer motor de producción de doce cilindros que más tarde copió Ferrari, aunque no es el caso del coche que nos ocupa.

El Packard Six era un automóvil de lujo que apareció en el mercado en 1912 y con diferentes variantes se comercializó hasta 1942. Precisamente el coche de la película pertenece a la última generación, y su fabricación se vio interrumpida a causa de la guerra, que obligó a las empresas a reorientar su producción. Concretamente Packard se dedicó a fabricar motores para los cazas P-51 Mustang, el conocido como “Cadillac del cielo”, y también para patrulleras de la Armada.

No obstante, en ese último año, 1942, se llegaron a fabricar más de 11.000 unidades del Packard Six. Era propulsado por un motor de seis cilindros en linea que generaba 105 caballos de fuerza, lo que le permitían alcanzar una velocidad de 137 kilómetros por hora. Contaba con una transmisión manual de tres velocidades y frenos hidráulicos en las cuatro ruedas.

Estaba disponible en versiones sedán y descapotable, incluso muchos de ellos se destinaron a taxi. En la publicidad que se insertaba en prensa se decía “no cometas el error de olvidar esta foto”. El precio original estaba entre los 1.300 y los 1.400 dólares.