CINE Y MOTOR

La costilla de Adán

Chrysler Windsor descapotable

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Abordamos una comedia deliciosa, un clásico de 1949 sobre la guerra de sexos que en ciertos aspectos sigue plenamente vigente. Pese a que la historia toma las hechuras de un drama judicial con mucho humor, los guionistas se inspiraron en un caso real.

En la primera secuencia del film vemos en la calle a una mujer nerviosa que sigue a un hombre que acaba de salir de unas oficinas. Al llegar a la estación del metro, atestada de gente, se le cae un revólver al suelo que recoge rápidamente. Después este hombre entra en un edificio canturreando y la mujer le sigue con disimulo. Al llegar a un apartamento ella saca el arma, dispara a la puerta, entra en el piso y le pega un tiro a quien resulta ser su marido que está con su amante, aunque no llega a matarlo. Al día siguiente el suceso es portada de los periódicos, lo cual ya causa ciertas diferencias de apreciación en el matrimonio Bonner: Adam es ayudante de fiscal y defiende la estricta aplicación de la ley, mientras su mujer Amanda, es una abogada comprometida con la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, que entiende que esa circunstancia no se da ante la Justicia.

Al llegar a la oficina, para su desgracia, el fiscal le encarga a Adam la acusación de la frustrada homicida. Él tiene claro que ganará el caso porque la considera culpable a todas luces. Lo que no sabe es que su mujer ha movido hilos para hacerse con la defensa de la acusada. Así que el matrimonio se habrá de enfrentar en el estrado, en un juicio que se va volviendo cada vez más agrio y que tiene inevitablemente unas graves consecuencias domésticas. Y aunque ambos siempre han estado muy enamorados esta disputa judicial pondrá a prueba su relación.

Al principio de la película vemos al matrimonio Bonner dirigiéndose a sus respectivos puestos de trabajo en el mismo coche y continuando con la discusión que habían iniciado en el desayuno. Tanto es así que cuando, Amanda tiene que detenerse para dejar a su marido se pasa de largo y hace una brusca maniobra, lo cual está a punto de generar un accidente con un taxi. El taxista, enfadado pasa por su lado y se queja de la conducción de las mujeres, lo que es toda una ironía con la que de alguna manera viene a dar la razón a las tesis feministas que defiende la perseverante abogada.

Este coche era un Chrysler Windsor descapotable, de dos puertas, del año 1946. Este modelo de Chrysler se fabricó desde 1939 a 1961. El que vemos en el film pertenece a la segunda generación, uno de los primeros vehículos de posguerra que puso en el mercado esta gran compañía. En esos años venía equipado con un motor de 6 cilindros Spitfire, que se encendía con un interruptor (una moda que volvió hace unos años), una caja de cambios de 4 velocidades, alcanzando una velocidad máxima de 135 kilómetros por hora.

Aun siendo un descapotable de ciertos aires deportivos, medía 5,22 de largo y 1,87 de ancho, con un peso total de 1.820 kilos.

Del panel de instrumentos destacaba el reloj eléctrico estándar y opcionalmente, se podía incorporar como extras la radio sumando al precio del modelo 90 dólares más.

Además, los neumáticos estaban recubiertos por una elegante banda blanca. Aunque consumía casi 17 litros cada 100 kilómetros, fue un éxito de ventas por su precio asequible y llegó a suponer en esa época el 63% del total de las ventas de la empresa. Concretamente del descapotable, en 1949 se fabricaron un total de 3.234 unidades, a un precio medio de 2.600 dólares. Hoy, restaurados, se ofertan por un precio medio de 12.000 dólares.