Madrid - Publicado el - Actualizado
9 min lectura
Hoy abordamos una de las comedias románticas más bonitas y agradables de la década de los 80, concretamente se estrenaba a finales 1987 en Estados Unidos y poco después en el resto del mundo. El film se ganó rápidamente el favor del público y de la crítica y sus muchos méritos fueron corroborados por un buen número de premios, comenzando por el Oso de Plata del Festival de Berlín al mejor director.
Loretta Castorini es una italoamericana que trabaja como contable y vive en Brooklyn con su familia. Está comprometida con Johnny Cammareri. El padre de Loretta no aprueba el matrimonio porque cree que Loretta tiene mala suerte, ya que su primer marido murió atropellado por un autobús.
Antes de la boda, Johnny se ve obligado a viajar hasta Palermo para visitar a su madre moribunda y le pide a Loretta que invite al banquete a su propio hermano, Ronny, con quien rompió relaciones hace cinco años porque por culpa suya, su hermano se amputó la mano accidentalmente.
Una tarde, Loretta visita la panadería en la que trabaja su futuro cuñado. Desde el principio surge el flechazo entre ambos, a pesar de que ella se niega a reconocerlo abiertamente. Finalmente acaban pasando juntos una noche de luna llena y al día siguiente, Loretta mejora su imagen para asistir a la ópera con él. Pero en el cenit de esa pasión prohibida, Johnny regresa de Italia de improviso, porque su madre se ha recuperado milagrosamente y todo apunta a que esta relación furtiva va a terminarse. Sin embargo, sucede todo lo contrario: el futuro novio empieza a temer el mal fario que pesa sobre su prometida y rompe con ella delante de toda su familia. Así que Ronny aprovecha la ocasión y le pide matrimonio a Loretta, que acepta siguiendo el dictado de su corazón. Más tarde, incluso Johnny se une a la celebración, ya que al fin y al cabo va a ser parte de la familia de su ex, que se convertirá en su cuñada.
El reparto lo encabezaba Cher, que tenía 41 años y cuyo nombre real es Cherilyn Sarkisian. En aquel entonces era ya toda una estrella. Como cantante había triunfado con el dúo Sonny & Cher en los años 60, y se había convertido en una celebridad de Las Vegas. Como actriz, además de sus participaciones en musicales de Broadway, había intervenido en películas como Silkwood, Las brujas de Eastwick y Sospechoso. Luego, también la veríamos en Sirenas, Pret-a-porter, Té con Mussoini, Burlesque y en ¡Mamma Mia! Una y otra vez.
Le acompañaba un joven Nicolas Cage, en una de sus mejores interpretaciones de su carrera junto con Leaving Las Vegas, por la que ganó el Óscar en 1995. Cuando rodó este film tenía 23 años, pero en su haber había varios títulos importantes, especialmente porque su tío Francis Ford Coppola le había ayuda a impulsar su carrera.
Así, había tenido papeles en La ley de la calle, Cotton Club, Birdy, Peggy Sue se casó y Arizona Baby. Luego llegarían films como Corazón salvaje, Luna de miel para tres, Tess y su guardaespaldas, Te puede pasar a ti, La Roca, Con Air (Convictos en el aire), Cara a cara, 60 segundos, Asesinato en 8 mm. Family Man, Windtalkers. Adaptation, Los impostores, El señor de la guerra y finalmente un sinfín de olvidables películas comerciales.
En principio Nicolas Cage fue descartado para este papel, porque se había pensado en Peter Gallagher, pero fue la propia Cher quien vio en él su acompañante ideal, incluso la actriz amenazó con rescindir el contrato si no era seleccionado. Finalmente fue así y la buena química entre ambos se percibe en todo momento, especialmente en la romántica secuencia de la cocina en que él la coge en brazos y la lleva a la habitación.
Entre los secundarios destacaba la entrañable Olympia Dukakis, que ejercía de madre y aportaba sabios consejos a la protagonista, además le preguntaba a todo el mundo “por qué los hombres persiguen a las mujeres”. La actriz, que consiguió el Óscar como mejor secundaria, por este papel, falleció el 1 de mayo de este año. También participó en Magnolias de acero, Mi padre, Mira quién habla, Profesor Holland, Poderosa Afrodita, y un largo número de telefilms.
Además, estaba el desaparecido Danny Aiello, que fue un gran actor secundario. Entre sus participaciones están las de El padrino. Parte II, La rosa púrpura de El Cairo, El gran halcón, El profesional (León) y Haz lo que debas. Y finalmente contaba con una pequeña intervención de John Mahoney, que luego interpretó a Martin Crane en la serie Frasier, y del actor de origen italiano Vincent Gardenia.
Dirigió la película toda una institución como fue Norman Jewison, realizador de clásicos como En el calor de la noche, El rey del juego, El caso de Thomas Crown, El violinista en el tejado, Jesucristo Superstar, Agnes de Dios y Huracan Carter,; quien consiguió otro éxito rotundo con esta película.
Con este film acabó de ganarse cierta fama de tiránico, y es que el cineasta fue multado por el sindicato de actores por no permitir que sus actores fueran a almorzar hasta que no rodaran como él quería la famosa escena de la cocina. Luego el director declaró que fue la escena más difícil que filmó en su carrera. Jewison ensayó con los actores durante mucho tiempo, como si fuera una obra de teatro. Solo después de que los actores estaban a la altura, decidió colocar la cámara.
Consiguió 6 nominaciones al Óscar, incluida la de mejor película y ganó tres: mejor actriz, Cher, mejor actriz secundaria para Olympia Dukakis y mejor guion original. Además, costó 15 millones de dólares y recaudó más de 80 millones en taquilla.
La banda sonora original es obra de Dick Hyman, un compositor neoyorquino que desde niño vivió muy apegado a la música, porque su tío, Anton Rovinsky, era un famoso pianista que le llevó a fijarse en los clásicos y especialmente en Beethoven y Chopin. Sin embargo, el terminó canalizando sus conocimientos principalmente hacia el jazz. Grabó un par de álbumes e incluso llegó a actuar con Charlie Parker, Benny Goodman y con otras importantes estrellas musicales.
En los años 50 y 60 empezó a trabajar para series de televisión, y fue su dominio del jazz, lo que llevó a que Woody Allen se fijara en él. Su colaboración con Allen comenzó en Zelig, de la que firmó su banda sonora, igual que hizo en La rosa púrpura de El Cairo. Además, compuso o interpretó temas en Hannah y sus hermanas, Poderosa Afrodita, Todos dicen I Love You, Acuerdos y Desacuerdos. Melinda y Melinda y Si la cosa funciona.
Al margen de esta relación profesional, entre el resto de la música que compuso para el cine destaca esta de Hechizo de luna. Ahora bien, a lo largo del film se alternan canciones, como el That’s Amore, en la voz de Dean Martin, que abre y cierra la película, con pasajes de la ópera La Bohème de Puccini, y los temas originales de Hyman, que evidencian una clara inspiración italiana. Algunos cortes recuerdan a las tarantelas y a las obras de Nino Rota. También incluye una mazurca y un bonito y sereno vals.
El vehículo que más protagonismo tiene es un Oldsmobile 98 Regency de 1978, un sedán cuatro puertas de color beige que conduce Cher, cuando lleva a su prometido al aeropuerto.
Oldsmobile fue una marca de automóviles integrada durante la mayor parte de su existencia en el grupo General Motors, concretamente desde 1908, once años después de su fundación en 1897, por parte de Ramson Eli Olds, uno de los pioneros de la industria americana del automóvil.
La compañía tenía su sede principal en Lansing, Michigan y estuvo funcionando hasta el 2004. En esos 107 años de historia, fabricó más de 35 millones de coches.
El Oldsmobile 98 se remonta como tal, ni más ni menos, que a 1941 y se mantuvo en el mercado, con diferentes variantes hasta 1996. La denominación 98, hace referencia, en primer lugar, al número de serie que utilizaba la empresa y éste pertenece a la serie 90 y el 8 es por el número de cilindros del motor.
A finales de los 70, esta enseña vivía sus mejores años, ya que en 1976 había sido el tercer fabricante de mayor venta en Estados Unidos, tras Ford y Chevrolet, con casi un millón de unidades vendidas. En ese contexto, en 1977 salió al mercado la décima generación del Oldsmobile 98, un sedán 4 puertas como el que vemos en la película que estuvo en producción hasta 1984.
El diseñador fue Bill Mitchell, quien comenzó como ilustrador publicitario y después de pasar por Automóvil Racing Club de América, fue contratado por el grupo General Motors. De este modelo llamaban la atención los dos pares de faros delanteros y las llantas multiradio.
Los primeros modelos tenían un motor V8 de 5,7 litros; no obstante, a partir de 1980 el motor pasó a ser un poco más pequeño, de 5 litros con ánimo de aligerarlo de peso. Contaba con una transmisión automática de tres velocidades. También desde 1978 existía una variante con motor diésel.
El interior incorporaba auténticas novedades para aquellos años 70 como un reloj de cuarzo digital, elevalunas eléctricos y advertencias luminosas en caso de tener alguna de las puertas abierta.
Las medidas de este modelo son 5,6 de largo, 1,94 de ancho y 1,40 de altura. Era un coche espacioso, el interior tenía casi 1 metro de altura y contaba con un maletero de una capacidad de 575 litros. A pesar de lo aparatoso de sus dimensiones, esta generación se diferenciaba de las anteriores porque era un vehículo más ligero, con casi 400 kilos menos, pesaba 1.800 kilos.
Alcanzaba los 100 kilómetros por hora en 12 segundos con una velocidad punta de 150 kilómetros por hora.
Los lemas con que se publicitaba eran: “En la búsqueda de un nuevo nivel de excelencia: El Oldsmobile 98” y “Un bonito matrimonio de la lógica y el lujo para atender la nueva demanda de nuestros tiempos”. Unos anuncios que tuvieron su éxito porque el primer año de esta generación de Oldsmobile se vendieron 139.423 unidades, siendo su precio básico de unos 8.000 dólares.