Madrid - Publicado el - Actualizado
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Desde Rusia con amor fue la segunda película de lo que sería la saga de James Bond. Se estrenaba en 1963 y se convirtió rápidamente en un éxito de público y crítica, superando ampliamente a su predecesora, Agente 007 contra Dr. No que se había estrenado solo un año antes.
Está basada en la quinta novela que Ian Fleming dedicó al personaje y se había publicado en Reino Unido en abril de 1957, aunque el autor seguía viviendo en Jamaica.
En esta ocasión la pérfida organización Spectra, con Blofeld a la cabeza, diseña un complejo plan con dos objetivos: Por un lado, asesinar a James Bond por haber eliminado a un miembro de su organización, el Doctor Julius No. Para tal propósito cuenta con el rocoso sicario Donald Grant. Al mismo tiempo pretende hacerse con un sofisticado mecanismo de la Unión Soviética que permite descifrar cualquier mensaje en clave, el Lektor. El robo de ese dispositivo podría ser la gota que colmara el vaso de la tensión entre las dos superpotencias en plena Guerra Fría. Con tal intención, una espía rusa, Tatiana Romanova, es engañada por una antigua colega, ahora miembro de Spectra, desconociendo las intenciones que oculta.
A partir de esta película ya se puso de moda que los agentes secretos viajaran por medio mundo para completar su misión, porque el espía iba desde Londres a Estambul, para más tarde, seguido de cerca por el asesino, dirigirse a Belgrado viajando en el Orient Express, y terminar en los canales de Venecia.
Fue también la segunda vez que el actor escocés Sean Connery interpretó a James Bond, y con el paso de los años la mayoría opina que ha sido quien le ha dado una mejor entidad al agente secreto; y es que aunaba corpulencia con una elegancia y refinamiento propios de un caballero inglés. Tenía 33 años y antes de dedicarse a la interpretación había sido marino, culturista y estuvo a punto de ser futbolista profesional, pero recaló en el teatro y después pasó al cine. De hecho, había participado en papeles secundarios, como en El día más largo, cuando fue seleccionado para ser James Bond.
Aunque siempre se le ha identificado con el agente secreto, quedan para el recuerdo sus destacados papeles en El hombre que pudo reinar, El viento y el león, El gran asalto al tren, Atmósfera cero, El nombre de la rosa, Robin y Marian, La casa Rusia, Los intocables de Eliot Ness, La trampa, Los últimos días del edén, El primer caballero y A la caza del Octubre Rojo.
La principal chica Bond era Daniela Bianchi, una actriz italiana que entonces tenía 21 años y con 18 había sido miss fotogenia en el concurso de Miss Universo celebrado en 1960. Para este film fue doblada por otra actriz porque decían que tenía una voz demasiado grave que no encajaba con su aspecto. Esta intérprete estuvo en activo pocos años más, hasta 1970, cuando se casó con un magnate naviero. Hasta ese momento participó en títulos como Mucho para vivir…poco para morir, la parodia Todos los hermanos eran agentes, junto al propio hermano de Sean Connery, Neil Connery y De las Ardenas al infierno.
Se dice que este papel fue ofrecido con anterioridad a Virna Lisi que lo rechazó y de lo que se arrepintió cuando vio el éxito que tuvo la película.
Además, la película marcó el debut del actor Desmond Llewelyn como Q, el inventor de confianza de Bond, un papel que repitió en 17 películas, hasta 1999. Por el contrario, fue la última película del actor mexicano Pedro Armendáriz, que aquí interpretaba al jefe de los servicios secretos turcos. El famoso actor, de 51 años, se suicidó poco después del rodaje y cuando faltaban unos meses para el estreno de este film y es que ya estaba muy enfermo de cáncer, al parecer desarrollado tras rodar El bárbaro y la geisha junto a John Wayne en el desierto de Utah, una zona de pruebas nucleares que pasó factura a muchos participantes en aquel film.
Al hercúleo asesino lo interpretaba un joven Robert Shaw. El carismático actor británico, que será siempre recordado como el hosco pescador de Tiburón, se formó en las tablas del teatro interpretando obras de Shakespeare. Este fue su primer papel relevante en el cine. A partir de aquí y en solo 15 años más de carrera, hasta su muerte en 1978, realizó papeles inolvidables en títulos como Un hombre para la eternidad, La batalla de las Ardenas, La batalla de Inglaterra, El golpe, La última aventura del general Custer, Pelham 1, 2, 3, Robin y Marian, donde coincidía nuevamente con Sean Connery, y Fuerza 10 de Navarone, entre otras.
Con la producción de Albert Broccoli y Harry Salzman, el director fue nuevamente británico Terence Young, que ya había dirigido Agente 007 contra el Dr. No. Y luego también se puso al frente de Operación trueno, además de realizar otros títulos notables como Sola en la oscuridad con Audrey Hepburn, o Las aventuras de Moll Flanders. Aquí volvió a contar con la mayoría del equipo técnico de la anterior.
La película tuvo un presupuesto de 2,5 millones de dólares, más del doble que su predecesora y recaudó casi 80 millones en todo el mundo. Se dice que solo cada traje que lucía Connery, de la sastrería Savile Row, costaba más de 2.000 dólares de la época.
El Citroën Traction Avant que podemos ver en el film, es el utilizado por los búlgaros (servicio secreto) para seguir a James Bond a su llegada a Estambul. Grant (el malo) roba este coche y asesina a su conductor para inculpar a los ingleses.
Su aparición es un hito en la historia del automóvil, ya que se trataba del primer vehículo de gran serie realizado sobre una carrocería autoportante. La técnica consiste en fabricar una carrocería en la que el chasis y la carrocería, propiamente dicha, constituyen una unidad inseparable.
El proyecto PV (Petite Voiture), que da origen al modelo, fue confiado a André Lefèbvre, que provenía del mundo de la aviación. Había trabajado en Avions Voisin, y en 1931 tuvo que abandonar Voisin por desaparecer la empresa, y, tras un paso breve por Renault, se incorporó a Citroën.
La carrocería es obra de un escultor italiano, Flaminio Bertoni, que realizaba sus primeros trabajos en el automóvil. El “tándem” Lefèbvre–Bertoni volvería a rodar unos años después para concebir el dos caballos.
Los Citroën Tracción eran de línea muy moderna para entonces. En España se les da, incorrectamente, el apodo de “pato”, debido a su parecido con el modelo anterior "Rosalie", que llevaba un pato grabado en los estribos. El Rosalie es el verdadero Citroën "Pato", no el 11, ni el 15.
Características:
Habitáculo / Bastidor: Monocasco sobre subestructura independiente delantera.
Motor:
Modelo 7A, 7B, 7C. de 1300 cm3 a 1628 cm3, L4 cilindros.
Modelo 11 — 1.911 cm³, L4 cilindros.
Modelo 15 — 2.867 cm³, L6 cilindros.
Modelo 22 (Serie de prototipo mecánico) — 3 822 cm³, motor V8.
Transmisión: 3 velocidades, las dos superiores sincronizadas.
Suspensión: Delantera: independiente con trapecios articulados y barras de torsión. Trasera: eje rígido con barras de torsión y amortiguadores telescópicos hidráulicos.
Dirección: De piñón y cremallera.
Frenos: De tambor hidráulicos en las cuatro ruedas.
Neumáticos y Ruedas: Michelin Superconfort 150/40 (para el estándar) o 160/40 (batalla grande). Desde enero de 1938, 156/40 o 185/40 sobre llantas Pilote.
Prestaciones: Vel. punta de la berlina: 136 km/h (aprox.).
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