Los regadíos históricos llevan a la Asamblea sus problemas de viabilidad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Siete Comunidades de Regantes Históricas y Tradicionales han presentado un escrito a la presidenta de la Asamblea de Extremadura y los grupos parlamentarios para poner de manifiesto sus dificultades para garantizar la viabilidad de estos sistemas de riego.
Recuerdan que estos regadíos han ido, a lo largo de los siglos, creando paisajes con una alta biodiversidad y agrodiversidad, atesorando un rico acervo cultural y posibilitando la pervivencia de las comunidades rurales donde estos están asentados.
Sin embargo, el panorama actual que se vislumbra para las Comunidades de Regantes Históricas y Tradicionales de Extremadura "es para nada halagüeño" y acusan a la Junta desconocer "absolutamente" su realidad y necesidades "por lo que no sabe cómo ayudarnos".
Además, denuncian que la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) o hace más que "poner palos en las ruedas" para que no progresen y desaparezcamos, a lo que se suma la directiva europea por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas, "que viene a revolver aún más las aguas de por sí turbulentas".
En su escrito, explican que en todas estas ayudas/subvenciones públicas se trata únicamente de la inversión en obra nueva y no se dice nada del mantenimiento, sus gastos, cambio de materiales impermeabilizantes y cómo se afrontarán estos gastos
Aseguran que en las subvenciones se exceptúa el IVA e impuestos, que debe ser desembolsado por la correspondiente Comunidad de Regantes, un es esfuerzo presupuestario que hace desistir a una gran parte de estas, pues en muchos casos conlleva el endeudamiento por varios años .
Asimismo, lamentan que las ayudas a las mejoras de regadíos vengan impuestas desde las distintas administraciones , sin tener en cuenta la opinión o parecer de las Comunidades de Regantes, que son quienes realmente tienen un mejor conocimiento de las problemáticas que les afectan.
Abogan por una forma alternativa de reserva de agua, mediante la recuperación de los regadíos históricos que han venido desarrollando una función acumuladora ya demostrada mediante estudios técnicos y que tienen como base la capacidad de las acequias históricas para crear reservorios de agua, incrementando la capacidad de los acuíferos subterráneos y ralentizando el ciclo del agua.
Otra de sus denuncias es el exceso de burocracia, el tener que estar inscritos en registros regionales de agricultura cuando se trata de "minifundio" o la imposición de la administración electrónica.
También señalan que la instalación de contadores o aforadores en las acequias, como quieren obligar, no sirve de mucho en zonas de montaña, ya que, por ejemplo, por muchas de estas acequias está circulando el agua durante buena parte del año y eso no significa que estemos regando.
Aseguran que estas comunidades están compuestas mayoritariamente por personas de edad avanzada, sin estudios, sin formación y sin recursos, por lo que "no se puede pretender que dispongan de despacho con ordenador, acceso a redes, fotocopiadora, escáner y los conocimientos para manejarlos, ni son abogados ni especialistas en legislación".
Por ello, exigen flexibilidad en los plazos, requisitos, documentación a aportar y un trato diferencial y que se establezcan canales de comunicación para el intercambio de información.
Concluyen que sin ayuda la viabilidad de esta pequeñas comunidades de regantes está comprometida a corto-medio plazo.