El primer niño asesinado por ETA era extremeño: la historia de José María Piris
Con apenas 13 años, después de jugar con sus amigos, golpeó un paquete que resultó ser una bomba de la banda terrorista. Cuatro décadas después, su pueblo, le rinde homenaje
Badajoz - Publicado el - Actualizado
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Con el tiempo, la memoria se va apagando. Salvo cuando la historia es tan fuerte, tan dura, como para no morir con el paso del tiempo. Han pasado 44 años, pero lo que ocurrió con José María Piris todavía duele y nos hace reflexionar sobre el pasado y, desgraciadamente, también el presente de este país.
José María era de San Vicente de Alcántara. Tenía apenas 13 años, cuando el 29 de marzo de 1980, se encontraba en Azkoitia. Aquel día, como cualquier niño de su edad, solo tenía un objetivo: jugar al fútbol con sus amigos.
A la vuelta, el padre de uno de sus compañeros, que les había recogido, les pidió, a él y a sus dos amigos, que esperasen fuera del coche mientras aparcaba. En esas, José María vio un paquete en plena calle. Como podría haber hecho cualquier niño, se dirigió al paquete y lo golpeó. Ahí se acabó su vida.
El paquete era una bomba que la banda terrrorista ETA quería hacer estallar en el coche de un guardia civil. Sea como sea, José María se convirtió en aquel día en el primer niño de los más de veinte que murieron en manos de ETA.
Su familia ha contado, a posteriori, que la banda terrorista les mandó una carta de "disculpas", donde se hablaba del niño como un "daño colateral". Este sábado, 24 de agosto, en su localidad natal, San Vicente de Alcántara, se le rinde homenaje desde las 10.30h, como confirma en COPE José María Antón, de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Extremadura.