39 misioneros de la Archidiócesis siembran esperanza en todo el Mundo

Este domingo se celebra el tradicional Domund pidiendo apoyo para la labor de la Iglesia al lado de los que más lo necesitan.

José Luis Lorido

Badajoz - Publicado el

1 min lectura

      
      
             
      

Este domingo, la Archidiócesis de Mérida-Badajoz se une a la Iglesia universal en la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund. Bajo el lema "Id e invitad a todos al banquete", nuestra diócesis reconoce y agradece la incansable labor de sus 39 misioneros, hombres y mujeres que, con entrega y valentía, llevan la luz del Evangelio a los rincones más remotos del planeta.

Estos valientes mensajeros de Cristo, procedentes de diversas vocaciones (religiosos, sacerdotes y laicos), están presentes en 18 países repartidos por cuatro continentes, llevando esperanza y transformando vidas. Desde las selvas amazónicas de Perú hasta las áridas tierras de África, nuestros misioneros trabajan incansablemente en áreas como la salud, la educación y el desarrollo comunitario, siempre con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables.

La generosidad de los fieles de nuestra diócesis se hace patente año tras año, con una recaudación superior a los 170.000 euros en la pasada edición del Domund. Estos fondos, gestionados por Obras Misionales Pontificias, son vitales para sostener los proyectos misioneros y garantizar su continuidad.

El delegado episcopal para la Cooperación Misionera, Federico Gragera, resalta la entrega y el compromiso de los misioneros, quienes a menudo enfrentan situaciones difíciles y adversas. Su ejemplo nos invita a reflexionar sobre el valor del servicio a los demás y a descubrir nuevas formas de participar en la misión de la Iglesia.

El arzobispo de Mérida-Badajoz, Fray José Rodríguez, por su parte hace un llamamiento especial a los jóvenes, invitándolos a considerar la experiencia misionera como una oportunidad única de crecimiento personal y espiritual. La misión es un camino de ida y vuelta, en el que tanto los que van como los que se quedan se enriquecen mutuamente.