Las increíbles termas romanas que esconde Mérida

"Podría haber sido una auténtica ciudad balneario"

Celia Lafuente

Mérida - Publicado el

3 min lectura

Mérida, conocida en la época romana como Augusta Emérita, podría haber sido una auténtica ciudad balneario. Así lo desveló la arqueóloga Ana Bejarano, arqueóloga del Consorcio de la Ciudad Monumental, durante una conferencia en el Liceo, donde explicó que la ciudad cuenta con 56 complejos termales excavados hasta la fecha, el número más elevado de toda Hispania. Esta impresionante cifra refleja la importancia que las termas en la época, y sugiere que la ciudad pudo haber sido un centro termal de gran relevancia.

Es el número más elevado de complejos termales que se conoce en Hispania 

Ana Bejarano

Arqueóloga del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida

Una ciudad diseñada para el agua

Mérida tiene la ventaja de contar con capas de acumulación de agua subterránea que se encuentra a una profundidad, gracias a la cercanía de los ríos Guadiana y Albarregas, lo que facilitaba la construcción de termas en prácticamente cualquier rincón de la ciudad. Además, la mayoría de las casas romanas disponían de un pozo propio, lo que hacía que el acceso al agua fuera sencillo y abundante, permitiendo el desarrollo de numerosos baños en la ciudad.

Tres modelos de termas

Bejarano detalló los tres tipos de termas que se pueden encontrar en Mérida:

1. Termas públicas: Eran grandes complejos construidos y financiados por el emperador o los magistrados locales. Lujosas y de gran tamaño, estaban abiertas para toda la población. Ejemplos de este tipo son las Termas del Foro, las de Resti, las situadas junto al Acueducto de San Lázaro o las más recientes descubiertas en el Atrio de Santa Eulalia.

2. Termas semipúblicas: Construidas por particulares como un tipo de negocio, aunque no tan imponentes como las públicas, ofrecían servicios al público previo pago. Ejemplos de estas son las termas encontradas en la Casa del Mitreo, la Casa del Anfiteatro y el Pozo de la Nieve de Hernán Cortés.

3. Termas privadas: Estas eran pequeñas y exclusivas, ubicadas en domus o casas romanas, y reflejaban el estatus y prestigio de sus propietarios. Eran, con diferencia, las más numerosas. En Mérida, estas construcciones abarcan desde el siglo I d.C. hasta el siglo IV d.C., e incluso existen ejemplos posteriores de época visigoda y medieval islámica, como el área termal de la Casa del Alcazaba.

Más que aseo, una muestra de estatus

Casa del Mitreo

Las termas no solo servían para la higiene o el relax, sino que su construcción y uso eran un símbolo de poder y prestigio. Eran espacios donde los romanos socializaban, discutían asuntos políticos y se relajaban. Los Thermae, grandes complejos termales de carácter público, asombran por su grandiosidad incluso hoy en día.

Circuitos y sistemas de calefacción

Fotografía de Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida

Circuito de Calefacción

En su conferencia, Bejarano explicó el funcionamiento de estos complejos. Las termas tenían circuitos de agua a diferentes temperaturas, diversas salas y horarios para los usuarios, quienes pagaban por el servicio. Al entrar, los bañistas dejaban sus pertenencias en el apodyterium (vestuario) y comenzaban un recorrido que incluía salas como el unctorium (masajes), la sudatio (baño de vapor), el tepidarium (sala templada) y el caldarium (sala caliente), donde disfrutaban de baños en piscinas calefactadas.

El secreto del confort de las termas radicaba en el hypocaustum, un sistema de calefacción subterráneo que distribuía el calor de manera uniforme a través de conductos cerámicos. Este sistema permitía que el calor subiera por las paredes, al mismo tiempo que evacuaba los gases generados por los hornos a través de chimeneas.

Belleza y lujo en cada rincón

La arqueóloga resaltó la riqueza decorativa que aún se puede apreciar en algunos restos de las termas de Mérida. En los baños encontrados recientemente en el atrio de Santa Eulalia se conservan un mosaico con la figura de Neptuno, mientras que las termas de Morerías muestran molduras y decoraciones que embellecían los vestuarios. Estos elementos nos ofrecen una visión fascinante de cómo era la vida en Augusta Emérita.

Un legado termal

Con 56 termas identificadas hasta la fecha, Mérida se destaca como un caso excepcional en el mundo romano. Esta abundancia de complejos termales refleja la importancia del agua y del bienestar en la vida diaria de sus habitantes. Las excavaciones han sacado a la luz complejos que, a pesar del paso del tiempo, nos siguen contando la historia de una ciudad que pudo haber sido un gran balneario del mundo romano.

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