Ecologistas ven "interés político” en la elección de Arropez para el complejo budista

Apuntan a que se deben depurar responsabilidades "políticas y técnicas"

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Redacción COPE Cáceres

Cáceres - Publicado el - Actualizado

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Ecologistas en Acción se ha congratulado por el traslado del proyecto del complejo budista, que promueve la Fundación Lumbini Garden (FLG) en Cáceres, del monte público Arropez al valle de Santa Lucía, ya que consideran que el emplazamiento original se debía a un acto de "interés puramente político".

La organización ecologista señala que el proyecto inicial era “totalmente contrario” a la orden de 28 de agosto de 2009 por la que se aprueba el “Plan rector de uso y gestión de la Zona de Interés Regional (ZIR) Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes”, así como a la legislación europea para la conservación de la Red Natura y a la jurisprudencia acumulada en los últimos años.

Por ello, considera que se deben depurar responsabilidades “políticas y técnicas”, dado que este proyecto “nunca debió haberse presentado sin otras alternativas diferentes de ubicación y, mucho menos, sin pasar el filtro del Consejo Rector de la ZIR”, y exigen por ello “la dimisión o la destitución de su presidente”.

El grupo ecologista define la ubicación original de este proyecto como un “acto de interés meramente político al no presentar alternativas de ubicación ni evaluación técnica previa, como es lo recomendable en cualquier propuesta vinculada con el medio ambiente”.

En ese sentido, critica la política de “hechos consumados que durante muchos años ha llevado al fracaso y a la conflictividad eco-social de otros proyectos”.

Ecologistas en Acción espera que esta deriva “sea corregida por ser contraria a la legislación regional y europea y a la jurisprudencia existente sobre la Red Natura 2000”.

Asimismo, denuncia el “oscurantismo de las administraciones con este tipo de proyectos”, ya que ante las “numerosas solicitudes de información requeridas sobre las resoluciones ambientales, no se ha obtenido respuesta alguna”.

El centro budista “afectaba claramente a las unidades paisajísticas de la ZIR, consistente en unos resaltes topográficos que rompen la monotonía de la penillanura” como es del Cerro Arropez (583 metros), que forma un “monte isla” de interés geográfico y paisajístico.

Celebran que “se haya cumplido la legalidad sin tener que recurrir al amparo judicial” y destacan el “disparate que hubiera significado regalar” (por cesión) “este monte patrimonio de los cacereños para uso privado”.

La conservación y restauración de los recursos naturales de la ZIR “son un aspecto prioritario de este tipo de espacios naturales, donde se busca la compatibilidad del entorno con los usos tradicionales del mismo”.

En este caso, la organización ambiental aclara que el proyecto “no tiene ningún vínculo con el aprovechamiento tradicional del terreno por ser contrario a los objetivos generales de la ZIR, al romper los esquemas de protección integral del paisaje”.

Ecologistas en Acción de Cáceres destaca también en un comunicado que los usos y actividades que se pretendían desarrollar con este proyecto “no respetaban las características etnográficas de protección del espacio natural”, ni con los “materiales, colores y texturas de tipo rústico y tradicional de la zona, alterando totalmente la tipología edificatoria”.