Condenado a 42 años de cárcel por matar a sus dos hermanos en Los Santos de Maimona

La decisión ha sido adoptada por unanimidad por los nueve miembros del jurado

EFE

El acusado, custodiado por la Guardia Civil, tras ser detenido en Los Santos de Maimona

Miriam BañónAgencia EFE

Mérida - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

      
      
             
      

La Audiencia de Badajoz ha condenado a 42 años de prisión al hombre acusado de asesinar a sus dos hermanos en Los Santos de Maimona en mayo de 2021, Rafael O.R., que fue juzgado la pasada semana por estos hechos.

Según fuentes judiciales consultadas por EFE, el hombre ha sido condenado por cada asesinato a 21 años, con el agravante de parentesco.

El jurado del juicio estableció en su veredicto que el procesado era autor de los hechos, una decisión adoptada por unanimidad por los nueve miembros.

Los hechos se produjeron sin que las dos víctimas pudieran defenderse, aseveró también por unanimidad el jurado, quien sin embargo no consideró que el procesado tuviera alteradas sus condiciones psíquicas en el momento de los hechos.

Por todo ello, la fiscal solicitó que el juez impusiera la pena de 48 años de prisión (24 por cada asesinato), mientras que el abogado de la defensa instó a “la pena mínima” que pudiera establecerse dentro del veredicto determinado por el jurado.

La pena de asesinato tiene una horquilla de 15 a 25 años de prisión.

      
      
             
      

El veredicto descartó en primer lugar que las muertes se produjesen por parte de unos desconocidos que, ataviados con máscaras, entraron en el domicilio el 2 de mayo de 2021, tal y como alegaba el procesado.

El jurado sí consideró probado que ese día se produjo una discusión entre los hermanos, las cuales eran “constantes”, y tras ella el acusado atacó de forma súbita a las víctimas, sin que pudieran defenderse.

La Fiscalía acusó al procesado de dos delitos de asesinato, con el agravante de parentesco, cometió con alevosía al sorprender a Antonio y Francisco y golpearles en la cabeza y el rostro.

      
      
             
      

En el caso de Antonio, el procesado le tapó además la boca con un papel y la cabeza con una bolsa para asegurarse de que moría.

Rafael llevó posteriormente a los dos hermanos muertos a una habitación, a la que arrojó basura, y después tapó la puerta con diversos electrodomésticos y con un cartón, todo ello para ocultar los cadáveres.