Esta es la carrera que los jóvenes desconocen, pero que tiene un 100% de salida laboral

Tras la finalización de los exámenes de la EBAU miles de estudiantes tendrán que elegir el grado universitario que quieren cursar

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Antonio Pascual, ingeniero agrónomo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Con los exámenes de la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) ya finalizados en algunas comunidades autónomas, muchos jóvenes están en pleno proceso de decidir qué carrera universitaria estudiar. Los resultados de estas pruebas serán determinantes para saber si podrán acceder a la carrera que desean, ya que deben alcanzar la nota de corte establecida por cada universidad.

En este contexto, los alumnos se dividen en varios grupos: algunos tienen clara su vocación desde hace tiempo, otros dudan entre varias opciones y muchos no están seguros de qué camino seguir. Desde el instituto, se les incita a reflexionar sobre su futuro académico, orientándolos hacia estudios que despierten su interés y pasión.

Tomar una decisión sobre qué carrera universitaria estudiar puede ser un proceso complejo. Muchos adultos reflexionan que, de haber sabido lo que saben ahora, habrían optado por un camino diferente. Aunque esta elección es significativa, no determina irrevocablemente el futuro, ya que siempre existe la posibilidad de cambiar de carrera o emprender nuevos estudios más adelante.

La elección final de los estudiantes a menudo está influenciada por las perspectivas laborales que ofrece cada carrera. Algunas tienen salidas profesionales claras y directas, mientras que otras presentan opciones más variadas y menos seguras. Entre la multitud de grados disponibles, hay algunos que gozan de una alta empleabilidad y popularidad entre los estudiantes.

Sin embargo existe una carrera que, aunque no es de las más populares, garantiza un 100% de empleo: la Ingeniería Agrónoma. Esta carrera, que en los años 90 contaba con una alta demanda de alrededor de 5.000 estudiantes anuales, ha perdido atractivo entre los jóvenes de hoy. Muchos asocian esta ingeniería con el trabajo en el campo, una percepción que limita su elección.

Antonio Pascual, ingeniero agrónomo, explica que a él y a sus compañeros de promoción nunca les ha faltado trabajo: "Un año antes de terminar la carrera ya empecé a trabajar. Muchos de mis compañeros consiguieron empleo antes de graduarse. Es una profesión con alta demanda, y cuando destacas en tu trabajo, recibes ofertas de otras empresas continuamente".

Este ingeniero extremeño atribuye la baja demanda actual de esta carrera al desconocimiento sobre las diversas oportunidades que ofrece: "Un ingeniero agrónomo puede trabajar en el campo, pero también puede dedicarse a otras áreas, como el diseño de fábricas de transformación de alimentos o almazaras. Es una profesión amplia que no se limita al ámbito rural. Las nuevas generaciones no se interesan por esta carrera porque no están conectadas con el mundo rural o desconocen sus posibilidades".

Antonio Pascual eligió esta carrera influenciado por su relación con el entorno rural desde pequeño, gracias a un familiar que trabajaba en el sector. Este tipo de conexión es común entre quienes optan por estudiar Ingeniería Agrónoma.

Es importante destacar que la Ingeniería Agrónoma no solo ofrece una tasa de empleo del 100%, sino que también presenta una amplia gama de oportunidades profesionales. Aunque en el resto del país no es muy demandada, en Extremadura se presenta como una opción excelente.

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