Intenta robar en una peluquería de A Coruña pero lo que se encuentra le hace abandonar el local
Ana, la dueña de esta peluquería en el barrio coruñés de Os Mallos, ha contado a COPE qué ocurrió en su local y el motivo por el que el ladrón se fue corriendo de allí
Coruña - Publicado el - Actualizado
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Khaleesi es una heroína: evitó un robo en una peluquería de A Coruña y se encaró con el caco. Cogerle declaraciones es un poco complicado porque no habla, sino que ladra.
Esta perrita es la mascota de la peluquería de Ana, situada en la calle Ramón Cabanillas del barrio coruñés de Os Mallos, y recibe a COPE desde el fondo del local con algún gruñido “¡Claro, no te conoce! Es para saludarte, nada más”. Quien lo aclara es Ana, la dueña de la peluquería. Y así es. Un segundo después. Khaleesi ya está rendida ante las caricias de la redactora.
Perra policía a tiempo parcial
Hace unos días, mientras lavaba el pelo a una clienta, la perrita empezó a ladrar de repente. Ana estaba atendiendo a una mujer que había dejado el bolso en el tocador. Ninguna de las dos se percató, pero un ladrón entró para llevárselo. Algo que no resultó ajeno al olfato de Khaleesi, que no se lo pensó dos veces, “salió disparada” y se encaró con el hombre. Surtió efecto. “El otro debió pensar que era un dóberman, ¡soltó el bolso y se fue corriendo!”, ríe Ana.
Curiosamente, la mujer había confesado previamente que no le gustaban los perros, pero Ana se negó a encerrarla porque, como siempre, estaba tranquila en su cojín, en una esquina del establecimiento. Después de la intervención, quedó la anécdota, y el agradecimiento, ya que la mujer llevaba bastante dinero en efectivo en el bolso. “¿Ves lo bueno que es tener un perro en el negocio”, cuenta Ana que le comentó a la clienta.
Una más del barrio
Lo más normal es ver a Khaleesi dormida, porque ni se inmuta con la clientela habitual. “No les ladra, ni les muerde ni nada”. Y el cariño que le tiene Ana no es excepción, porque las vecinas que acuden a su local “falto yo y no se preocupan, pero como falte la perra preguntan por ella”. Y es que Khaleesi “salió muy bueniña”, cuenta Ana orgullosa. Normalmente, “está ahí en su camita, o el lavacabezas”. Tiene predilección por el sillón donde se sientan las clientas, cuando está vacío.
El animal tiene nombre de reina de dragones pero su estirpe es incierta. A esta pequeña perra mestiza de siete años la adoptó Ana de una protectora cuando abrió el negocio, después de la pandemia. Ahora es parte imprescindible del barrio: “cuando le apetece se va a la plaza para que le den algo”. El mercado está al lado, es una calle peatonal y la tentación es grande, pero la perra tiene ya en el bote a todos los locales del entorno. “¡Así está de gordita!”, cuenta Ana.
Es la primera vez que le intentan robar, y cree que los cacos se lo van a pensar seriamente ahora que saben que Khaleesi es mejor que una alarma de seguridad. Y, desde luego, más barata: por ahuyentar a un ladrón, solo cobró un “montón de chuches”.