Un barrio de A Coruña recibe entre lágrimas el derribo de un edificio okupado: "Un cambio de vida"
Comienzan las obras para derribar el esqueleto urbanístico de un inmueble que quedó a medio hacer en O Martinete, después de años de protestas por los continuos problemas que generaba el abandono
Coruña - Publicado el
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Llevaban tantos años pidiéndolo que, cuando se consiguió, no lo podían creer. Los vecinos del barrio de O Martinete, en A Coruña, todavía se frotan los ojos al comprobar que comenzaron las obras para demoler el edificio que quedó a medio hacer en el medio de su barrio.
Y no solo es incredulidad. Se tienen que enjugar las lágrimas de emoción desde que hace unos días comenzasen a sonar las máquinas para acabar con la mole de ladrillo que fue un foco de trapicheo, insalubridad y conflictivos okupas. “Llevamos tanto llorado que cualquiera diría, pues no te quedan lágrimas, pero sí: muchas”, cuenta a COPE Eva, que vive delante del inmueble.
El día en el que la alcaldesa fue a visitar el inicio de las obras, “era una llorera continua. Es que no lo puedo describir. Y eso que todavía no está tirado”. Vaticina que “cuando esto termine, yo, cuando mire por la ventana, voy a alucinar. Creo que me voy a pasar ahí colgada”. Y no por las vistas, “que también, a todo el mundo le gusta ver el cielo por su ventana”, sino por la tranquilidad: “Esto era unos ruidos continuos que tú nunca sabías qué iba a tocar, no sabías si tocaban jeringuillas, si tocaban balinazos o si tocaba que algún vecino le dieran el tirón”.
No sabías si tocaban jeringuillas, si tocaban balinazos o si tocaba que algún vecino le dieran el tirón
Vecina de O Martinete, en A Coruña
Fuese como fuese, “siempre había un problema,y aquí no había nadie más que los vecinos para ayudar”. Y añade, con orgullo “eso sí, muchos vecinos”. Porque hicieron de la necesidad virtud, y el enemigo común hizo forjar una inquebrantable unión. ”De verdad, no se puede explicar lo bien que nos llevamos, lo bien que nos juntamos para trabajar y para hacer las cosas. Y eso, al final da sus frutos”, afirma.
Un año de promesas cumplidas
Ellos, desde el barrio, denunciaron y el Ayuntamiento de A Coruña recogió el guante, porque asume de forma subsidiaria el derribo de la ruina que se negaron los propietarios del inmueble. “No nos ha ayudado nadie más que la corporación, también hay que decirlo, porque nosotros hemos transmitido nuestras quejas directamente”, declara. Durante meses, pasó por el barrio “toda la corporación”, señala, para constatar “una situación muy grave”.
Hace un año, precisamente, fue la visita que lo cambió todo de una representación municipal en la que “nos hicieron una serie de promesas que se han cumplido y nosotros estamos muy agradecidos como vecinos”. Lo recalca, “porque muchas veces en un barrio se hacen unos trabajos que que mejoran tu vida. Te arreglan las aceras, pues te ponen una farola... cosas que te ayudan en la vida, que te hacen el barrio más bonito” , pero este derribo “es otra cosa”.
Rememora que el inmueble que se ha comenzado a derribar “no es un edificio, esto es una mole. Esto es una barbaridad de sitio en el que se cuela gente a todas horas, unas que viven, otras que entran...” y eso implica que ni siquiera “pueda bajar un niño solo a la calle"
Ahora, “eso va a cambiar totalmente. Es que no es un cambio de espacio, que también, porque también necesitamos espacio. Es un cambio de vida, sobre todo para los niños, pero los mayores también necesitan dónde estar”, considera. Recuerda que “también necesitan bajar tranquilos a la calle y que no le peguen un tirón al bolso, por ejemplo, que ya ha ocurrido”.
El sueño de un parque
Y ahora, miran adelante, con la esperanza de reverdecer. Quieren que el solar que dejará el edificio se convierta en un parque. Para ello han recogido unas 1500 firmas en el barrio.
Saben que no es fácil y así lo ha reconocido el gobierno coruñés, ya que “hay que expropiar, permutar... no se sabe muy bien”, en referencia a un posible cambio de la deuda que los dueños del solar van a contraer con el ayuntamiento por no seguir la obligación de tirar el inmueble en ruinas. Pero, lleve el tiempo que lleve, tienen esperanza y, sobre todo, “no tenemos prisa" después de décadas de convivir con la ruina.
“Nosotros ahí, en ese solar, queremos un parque: ni más arriba, ni tirando el río Monelos, ni impulsando ninguna cosa que no sea nuestra calle”, asevera. A la alcaldesa se lo transmitió en persona el día del derribo “y me dijo textualmente, me pongo a ello”.
Las previsiones del Ayuntamiento es que el solar quede libre el primer trimestre de 2025. Dejará 1,100 metros cuadrados libres en este barrio periférico de A Coruña que quiere cambiar el miedo por una emocionada ilusión.