La calle Sol (A Coruña), destrozada por el paso de buses
El empedrado está hundido y las losas de la zona peatonal, rotas. Los vecinos piden que se adecúe la vía al paso del tráfico por la peligrosidad que supone
Coruña - Publicado el - Actualizado
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La proximidad de elecciones ser directamente proporcional a la multiplicación de reformas y obras en las ciudades. Este 2023, con las municipales a la vuelta de la esquina, A Coruña no es excepción, y aquí y allá se ven vallas, excavadoras y cascos de obra.
Gran parte de la ciudad está levantada por diversos trabajos pero en otra, el mantenimiento brilla por su ausencia. Un ejemplo se encuentra en la calle Sol, en pleno centro de A Coruña. La vía que une San Andrés con el Paseo Marítimo tiene pavimento empedrado desde 2012, pero no estaba pensado para soportar el peso de decenas de buses cada día.
En 2021 se decidió recuperar este recorrido para el transporte público y, progresivamente, se ha ido deteriorando el pavimento de una forma imparable. El empedrado presenta grandes baches. Las arquetas están hundidas y del paso de cebra en la confluencia con la calle Orzán poco queda ya.
SOCAVONES Y LOSAS ROTAS
Hay socavones y, cuando llueve, charcos. Lo cuenta Charo, de Novias Blanquita, un comercio histórico entre la Calle Sol y San Andrés. Para no mojarse en días de paraguas, "tienes que ir mirando y esperando que no pase ningún coche", cuenta. Su comercio está justo en el giro de los buses, y los ve "tan pegaditos", con un margen de apenas "cinco centímetros" que piensa que "cualquier día cae el escaparate abajo".
La invasión de los buses a la zona peatonal es constante, en el giro y en más adelante, por la estrechez de la calle, algo inevitable si hay algún coche mal aparcado. Por ello, no solo está destrozado el empedrado central, por donde pasa el tráfico. También la parte reservada a los peatones, con baldosas agrietadas y el riesgo añadido a recibir el golpe de un bus.
ADECUAR LA VÍA AL TRÁFICO
José Luis Méndez es presidente de la asociación vecinal Ensenada del Orzán y camina todos los días por ahí. Relata que "el peso del tráfico destruye todas las baldosas y es peligrosísimo, porque los camiones y los buses pasan a centrímetros de los peatones que pasan por esa zona".
No es una cuestión a la que sea ajena el Ayuntamiento. La entidad vecinal ya ha mantenido dos reuniones sobre esta cuestión con representantes municipales y han dirigido varios escritos. Aunque sea plataforma única, demandan separar el tráfico rodado del peatonal, con bolardos o algún otro elemento. Y, para ello, piden que se eliminen las pocas plazas de aparcamiento que hay en esta estrecha calle.