Más de 300 metros de cable robado en Arteixo: ¿Por qué interesa tanto el cobre?

No dio tiempo ni a inaugurarlo. Los ladrones han robado más de 300 metros de cable del paseo marítimo de Arteixo (A Coruña). Reventaron 17 balizas que estaban ya colocadas y extrajeron la conducción. Aprovecharon que es una zona sin núcleos de población próximos para actuar, posiblemente, la noche entre el viernes y el sábado.

El concejal de Obras de Arteixo, José Caamaño, apunta a “bandas organizadas” . Según ha relatado, aprovecharon que es una zona sin núcleos de población próximos para actuar, posiblemente, la noche entre el viernes y el sábado.

El cobre, muy cotizado

Todo indica que les interesaba el cobre. Este metal es muy codiciado en el mercado negro. Los hay más valiosos, como el titanio o el níquel pero al cobre es muy fácil acceder porque está presente en muchos ámbitos de la vida. “Está en los cables de alta tensión del tendido eléctrico, en las instalaciones de las maquinarias...”, cuenta Marián Bellagona, responsable de la chatarrería Bellagona de A Coruña. En esta empresa, pagan 6,40 euros por cada kilo de cobre limpio.

¿Cómo hacen los ladrones? Lo más habitual es que quemen el plástico que protege el metal,para intentar venderlo ya sin revestimiento. En la empresa de Marián les han intentado colar material robado “muchas veces”. Aunque el 70% de sus clientes son empresas que dejan maquinaria, también aceptan ofertas de particulares. Por eso, cuando les llegan grandes cantidades de metal, piden certificado de procedencia. “Cuando les pides eso, no lo van a tener, con lo cual, se van”, asegura.

La labor de las chatarrerías

Del material que compran, las chatarrerías separan el metal y lo venden a empresas de fundición. Marián ha defendido la importantísima labor de las mal llamadas empresas de chatarra en la recuperación y el reciclaje. “Dices chatarrerías y piensas que es algo tóxico”, señala, cuando en realidad “somos recuperadores y nos dedicamos a reciclar”, una labor, subraya, “muy, muy importante”.

En todo caso, lo que obtienen los ladrones por el metal no llega ni a una milésima parte de lo que tienen que pagar las empresas e instituciones afectadas. Los daños en el caso de Arteixo ascienden a unos 8000 euros y obligan a retrasar la apertura del tramo, como mínimo, hasta final de año.