Una tensa protesta termina con un narcopiso en Monte Alto (A Coruña): "O salen ellos o entramos"
Cientos de vecinos participan en una cacerolada entre un fuerte despliegue policial después de que varios echasen abajo la puerta
Coruña - Publicado el - Actualizado
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"Monte Alto ya no os tiene miedo". Ese ha sido uno de los gritos de guerra de cientos de vecinos de este barrio de A Coruña que se echaron a la calle este martes decididos a terminar con la delincuencia en el barrio. La cacerolada que tenían convocada comenzó a las 17h en la Plaza de San José y poco después se trasladó a la calle Washington, frente a una casa en la que se trapichea con droga, donde se vivieron escenas de mucha tensión.
A ese narcopiso, una casa baja en el número 5 de la vía, acude gente a la que acusan de generar inseguridad en el barrio. Denuncian robos en comercios pero también a los viandantes. La gente mayor es una de las víctimas habituales, pero la gota que colmó el vaso fue el robo de un móvil “a un niño de ocho años”, cuenta Diego, que vive al lado del punto de venta.
Echaron abajo la puerta
Delante del conflictivo piso enseguida se caldearon los ánimos. Varias personas echaron abajo a patadas la puerta y una de las ventanas, que ya estaban notoriamente deterioradas. Desde dentro, los okupas respondieron con el lanzamiento de botellas, trozos de madera, macetas o cristales. La tensión escaló rápidamente y obligó a la Policía Nacional a desplegar una docena de agentes que evitaron que los vecinos se acercasen a la vivienda.
Fuera, sonaron sin descanso las sartenes, ollas, vuvucelas y, sobre todo, las gargantas. "¡Cobardes! ¡dad la cara!”, los retaban a salir a gritos. Dos horas después de la protesta, llegaron los antidisturbios para evitar males mayores mientras los ánimos no decaían: “Fuera del barrio”, insistía gente de todas las edades.
Seis horas de protesta hasta el fin del narcopiso
Los agentes entraron en la vivienda para hablar con los ocupantes y, minutos después, tres de ellos fueron abandonando la casa voluntariamente en coches patrulla, entre un fuerte dispositivo que evitó agresiones físicas pero no los insultos. El resto, trasladaron a la policía su intención de salir de la casa el miércoles, siempre y cuando se marchasen los vecinos que hacían guardia. "No negociamos con los delincuentes", fue la respuesta, megáfono en mano, desde fuera.
Así las cosas, a las 22h, cinco horas después del inicio de la protesta quedaba dentro de la casa, un hombre y una mujer embarazada. Mientras ,fuera ya no sonaban las cacerolas, pero sí los gritos y el amplio despliegue policial. El 091 se comprometió a mantener una patrulla de vigilancia toda la noche y a promover el tapiado del inmueble en el momento que se marchasen los últimos inquilinos ilegales, pero los vecinos seguían decididos a acabar con el narcopiso cuanto antes: “Monte Alto Unido jamás será vencido”, corearon al tiempo que insistían: “si no salen ellos lo echamos nosotros”.
Según confirmaron los vecinos, habrían conseguido finalmente que la pareja abandonase la vivienda, después de seis horas de protesta ininterrumpida. El desalojo de este piso supone el fin del punto de venta de droga que quedaba en el entorno de la Torre de Hércules, después de que el propietario de otra vivienda, en la avenida de Hércules, alcanzase un acuerdo con los inquilinos ilegales en los últimos días. El mayor temor, ahora, es que las personas que se marcharon de la Calle Washington se vayan a otro piso de la zona, como ya hicieron anteriormente.