Los bajos salarios "ahogan" a las pocas redeiras que siguen trabajando en Galicia
Desde la Asociación de Redeiras de Cariño aseguran que es un trabajo "bonito, pero duro y mal remunerado"
Ferrol - Publicado el - Actualizado
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Tan sólo quedan 345 redeiras en Galicia, y menos de la mitad, 150, están federadas en un total de seis asociaciones.
La única que permanece en las comarcas de Ferrolterra, Eume y Ortegal, es la de Cariño tras la desaparición de la asociación de redeiras de Cedeira.
Un oficio duro, en vías de extinción y poco remunerado; pero todo un arte considerado como un trabajo artesanal e imprescindible para el sector pesquero.
El objetivo de las asociaciones: dignificar la profesión y sacar a las trabajadoras de la situación de invisibilidad en la que se encontraban.
Las redeiras de Cariño trabajan en una nave ubicada en el puerto de la localidad
Rocío Fernández, una de las 18 redeiras que quedan en Cariño, presidenta además de la asociación, tiene 44 años y en los micrófonos de COPE nos contó que empezó en el oficio porque no quiso estudiar; además había pocas alternativas, "o la fábrica conservera o las redes".
PROFESIONALIZACIÓN DE LA PROFESIÓN
Antes era un oficio que se transmitía de generación en generación, también las mujeres de los marineros eran las que se ocupaban de esta tarea, para contribuir a la economía y al negocio familiar.
En las últimas décadas el trabajo ha ido mejorando, eso sí, poco a poco. Hoy en día existe un certificado de profesionalidad que se consigue realizando un curso de 300 horas y sometiéndose a un examen.
PÉSIMAS CONDICIONES LABORALES
A pesar de todo, las condiciones laborales y salariales de las mujeres redeiras no permiten llevar hoy en día una vida digna. Estas mujeres son autónomas y cobran de media entre 600 y 700 euros trabajando entre 8 y 10 horas al día, muchas veces, sobre todo en las que se dedican al cerco, sin horarios.
UN TRABAJO MANUAL Y TOTALMENTE ARTESANAL
El trabajo consiste principalmente en reparar las redes de pesca que, por diferentes razones se rompen, en el menor tiempo posible para garantizar el éxito de la actividad pesquera.
Un trabajo que necesariamente tiene que realizarse a mano y que varia según la técnica de pesa utilizada, las de Cariño se dedican a las redes de cerco y artes menores.
Rocío afirma que es un oficio bonito pero también duro, las redes pesan bastante y para moverlas a veces son necesarias hasta tres mujeres.